Saltar al contenido

Estudios

La difícil tarea de escribir propuestas de proyectos

Investigación 20 marzo 2024
Los datos más recientes muestran que el 45% de las solicitudes de proyectos presentadas en IQS se resuelven favorablemente, y queremos reconocer el esfuerzo y la dedicación de todos los equipos de investigación.

Una de las tareas que el personal investigador debe hacer muy a menudo es escribir propuestas de proyectos para conseguir financiación para su investigación. Esta actividad puede ser a la vez muy ilusionante e intensa. Requiere de un tiempo previo de reflexión y también de horas de soledad y concentración para qué las ideas que van fluyendo sean escritas en un borrador que se revisará una vez y otra hasta quedar satisfechos con el programa de futuro que se propone para cada proyecto de investigación.

Redactar la propuesta de nuestro proyecto de investigación nos permite plasmar nuestra idea sobre un documento y definir el mapa desde el punto donde estamos ahora hasta donde queremos llegar. En esta primera propuesta, describiremos cuál es el objetivo global del proyecto científico o técnico, los objetivos que nos proponemos conseguir, concretar a qué reto de la sociedad queremos contribuir con las soluciones que definimos, como nos planteamos hacerlo, qué pruebas o experimentos llevaremos a cabo, qué necesitaremos, quien formará parte del equipo investigador, con quien colaboraremos, cuanto tiempo estimamos de dedicación, cuando prevemos tener resultados, a quien se lo explicaremos y como, etc.

Lo que hemos escrito hasta aquí es un documento interno, escrito por y para nosotros. Contiene aquello que consideramos esencial con nuestra mirada.

Después, cuando se publican convocatorias de ayudas para la investigación, sean de organismos públicos o de fundaciones privadas, dedicamos tiempo a leer las bases y los requisitos. Reflexionamos sobre cómo podemos encajar nuestra propuesta de proyecto de investigación en los requerimientos que marca cada convocatoria, miramos cuál es el plazo de presentación de las solicitudes y empezamos a correr. ¡Siempre hay que correr! Nunca es suficiente. Formularios que hay que cumplimentar en aplicaciones web que no siempre son amigables, preguntas a las que hay que responder y en las que ni habíamos pensado, documentos adicionales que hay que aportar, y así muchas otras complexidades a tener en cuenta. Si, además, se trata de una convocatoria para proyectos consorciados, todo se complica más y requiere más tiempo para establecer acuerdos y formas de trabajo.

En este momento, el redactado debe ser diferente. No debe ser un documento para nosotros mismos,  hemos de considerar otra mirada en la redacción de esta propuesta. Nos debemos poner en el lugar de los evaluadores y pensar en el que y cómo analizarán nuestra solicitud. Queremos llamar su atención para conseguir la máxima puntuación en cada uno de los criterios establecidos. Debemos explicar cómo pretendemos cumplir y dar respuesta al enfoque de cada convocatoria y los retos que plantea. Tenemos que hacer brillar nuestro planteamiento de proyecto de investigación por encima de los otros. Dedicaremos más tiempo, le daremos otra vuelta, hasta que finalmente decidamos que nuestra propuesta ya está lista para ser presentada. Entonces haremos el “envío ¡y cruzaremos los dedos!

Esperaremos la resolución. A menudo, este tiempo de espera se nos hará muy largo, pero no dejaremos de trabajar. Habrá otra convocatoria de ayudas y nos presentaremos de nuevo, adaptándonos a las nuevas bases que se definan. Hasta que, finalmente, recibiremos la respuesta a la solicitud presentada, con tres posibles opciones: ayuda concedida, solicitud que queda en lista de espera o proyecto rechazado.

En este punto, siempre es importante leer los informes de los evaluadores. Habrá respuestas con las que no estaremos nada de acuerdo, otras que nos dirán que no hemos sido suficientemente concretos en la explicación de algún punto, y otras que consideraremos que el evaluador tiene toda la razón y de las que tomaremos nota para futuras solicitudes. En cualquier caso, la opinión de los evaluadores siempre se debe tener en cuenta, para reflexionar y sacar conclusiones.

En IQS vemos que hay investigadores/as con una intensa actividad en solicitar proyectos. Tienen práctica y se presentan a muchísimas convocatorias. Otros son más selectivos y solo presentan propuestas a determinadas convocatorias, de acuerdo a estrategias personales ya definidas. En ambos caso, se debe reconocer el esfuerzo y la dedicación de todos estos equipos de investigación.

Los datos más recientes de IQS muestran que el 45% de las solicitudes presentadas se resuelven favorablemente. 

Dra. Núria Vallmitjana i Palau
Directora de IQS Tech Transfer