El pasado mes de julio, se celebró en la ciudad alemana de Lindau el Lindau Nobel Laureate Meeting (LINO25), un encuentro anual entre científicos galardonados con el Premio Nobel y una representación de la siguiente generación de jóvenes científicos de todo el mundo. Desde su fundación en 1951, los Encuentros de Lindau de Premios Nobel se han convertido en un foro científico internacional único. Los encuentros anuales brindan la oportunidad de intercambiar experiencias entre distintas generaciones, culturas y disciplinas. Durante una semana, 600 estudiantes de máster, de doctorado y postdoctorados de todo el mundo tienen la oportunidad de conocer e interaccionar con entre 30 y 40 Premios Nobel de disciplinas como la Química, Medicina, Física o la Economía.
“Seguir en este camino siendo Lindau Alumni es todo un honor y espero que todas las ideas que han surgido lleguen a materializarse”

En esta ocasión, era la 74ª edición, enfocada esta vez en Química, de unos encuentros que forman parte de la misión de esta comunidad de “llevar la Ciencia a la Sociedad, para Educar, Inspirar y Conectar”, como reza el lema de la organización.

Para participar en estos encuentros, los estudiantes son seleccionados de acuerdo a estrictos criterios relacionados con sus excelentes trayectorias académicas: el número de publicaciones, becas que han conseguido, su área de investigación, etc.
En esta edición del 2025, Montserrat Escobar Rosales, investigadora predoctoral del Departamento de Bioingeniería de IQS School of Engineering, fue una de los 600 estudiantes seleccionados para asistir a este encuentro. Montse está llevando a cabo su tesis doctoral en el laboratorio ChemSynBio, bajo la dirección del Dr. Benjamí Oller- Salvia y de la Dra. Cristina Díaz Perlas.
Montse, ¿qué ha supuesto para ti asistir al encuentro de Lindau?
Para mí ha sido un auténtico sueño. Como joven investigadora, poder conocer a todos estos Premios Nobel ha sido muy motivante y me ha dado mucha confianza en todo lo que he hecho hasta ahora, ¡y en lo que me queda por hacer! En esta edición, participaron 33 Premios Nobel de Química, y poder charlar con ellos, intercambiar y compartir conocimientos científicos, ¡todo ha sido una experiencia extraordinaria! Resultaron ser personas muy accesibles.
Además, me ha permitido conocer a muchos jóvenes científicos muy talentosos de todo el mundo. Su motivación y ambición, así como la pasión que transmiten al momento de explicar sus respectivas áreas de investigación, es algo que me ha hecho sentir muy identificada. Ha sido solo una semana de convivencia, pero fue bastante intensa. Tener la oportunidad de interaccionar en el hotel, en desayunos, comidas, en las actividades sociales por las tardes, e incluso arriba de un crucero en el hermoso lago Constanza, realmente ha favorecido el intercambio de ideas, no solo a nivel profesional, sino también personal.
Estoy segura de que todos los que hemos tenido la oportunidad de asistir, jamás olvidaremos los rostros nuevos, las conversaciones entre sesiones científicas e incluso, los atardeceres de vuelta al hotel. Todos, de alguna u otra manera, han contribuido a crear una gran burbuja llena de paz, inspiración y mucha libertad de expresión, lo cual, me ha dado más energía para seguir persiguiendo mis objetivos. Sin duda alguna, seguir en este camino siendo Lindau Alumni es todo un honor y espero que, con el tiempo, todas aquellas ideas locas que surgen al tomar una cerveza o al compartir una comida, lleguen a materializarse a través de colaboraciones en nuestros respectivos países.

¿Cómo conseguiste una plaza en el LINO25?
Hay dos vías para enviar una solicitud a las reuniones de Lindau. La primera de ellas es a través de la nominación por parte de alguna de las Instituciones Académicas asociadas. La segunda, es mediante una solicitud abierta a través del sitio web, la cual solo es posible si no existe alguna institución académica asociada en el país desde el cual se solicita.
Aquí, en España, la solicitud se realiza a través de ICREA. Ellos son los que reciben las solicitudes, escogen los candidatos y los presentan al comité de Lindau, quien reúne las solicitudes de todo el mundo y lleva a cabo la selección final. Mi director de tesis, el Dr. Benjamí Oller, me facilitó el contacto del Prof. Xavier Salvatella del IRB, ICREA Researcher, a quien estoy muy agradecida por acceder a conocerme y a entrevistarme. Gracias a su voto de confianza, pude presentar mi solicitud a ICREA, que posteriormente seleccionó mi candidatura.
Empezó así la competencia para poder asistir, que era grande y con unos criterios de selección muy duros. No fue fácil, pero lo conseguí y estoy muy agradecida a todos los que confiaron en mí, por la gran oportunidad que me han brindado, y a ICREA, por también cubrir todos los gastos para asistir a este evento.
«Estoy muy agradecida a todos los que confiaron en mí, por la gran oportunidad que me han brindado»
Con 600 participantes, ¿cómo se organizaban los encuentros y charlas?
El programa científico es muy variado y tiene como finalidad fomentar el diálogo y activar el intercambio de conocimientos, ideas y experiencias. Este año, todas las actividades giraron en torno a dos temas muy interesantes: la Inteligencia Artificial y la Sostenibilidad en Química.
Existen actividades a las que se acceden sólo por invitación y otras que son abiertas a todos los participantes. En lo que respecta a las primeras, cada uno de nosotros debía ganarse el acceso de forma previa a la reunión. Se compite por un sitio en las “Next Gen Science Sessions”, o caminatas o comidas con algún Premio Nobel, en las sesiones matutinas de yoga, en los desayunos o cenas organizados por entidades asociadas al Comité de Lindau y en los workshops sobre comunicación científica.
Las actividades abiertas incluyen conferencias, una oportunidad única de recibir una “masterclass” de los Premios Nobel sobre las metodologías y los descubrimientos que han desarrollado, así como el impacto de estos en diversas disciplinas.
También había paneles de discusión y otros formatos como las “Àgora Talks” y los “Open Exchanges”, que brindan una oportunidad perfecta de abordar temas controvertidos, hacer preguntas y recibir una retroalimentación no solo de los Premios Nobel, sino de expertos en el tema de todo el mundo. El grado de proximidad, informalidad y apertura que caracterizan la atmósfera de estas discusiones las convirtieron en mis favoritas.
A nuestra llegada, todos los participantes recibimos un paquete especial con, entre otras cosas, nuestra agenda personalizada. De esta manera, cada uno de nosotros sabía exactamente dónde acudir y esto permitía llevar a cabo una planificación previa para aprovechar al máximo cada interacción y cada experiencia.
Todas las actividades se organizan en restaurantes, teatros, foros y parques ubicados en distintas partes de las islas de Lindau y Mainau, lo que añadía un toque dinámico, novedoso, cerrando con broche de oro un evento brillantemente planificado.

¿Qué destacarías de todas las experiencias que has vivido?
Pude conocer al Prof. Sir Gregory P. Winter, Premio Nobel de Química en 2018, por la aplicación de la técnica Phage Display para péptidos y anticuerpos. Me entusiasmó mucho conocerlo, ya que me gusta su visión como científico y empresario y llevaba bastante tiempo admirando su trayectoria. Pude formularle algunas preguntas que han enriquecido mi perspectiva en este tema, lo cual es particularmente significativo para mí ya que es una de las metodologías que he tenido la oportunidad de explorar a lo largo de mi tesis doctoral, gracias a la experiencia de mi codirectora, la Dra. Cristina Díaz Perlas.

Otra oportunidad increíble para mí, fue conocer al Dr. John M. Jumper, director de Google Deep Mind, Nobel de Química en 2024, por sus aportaciones de IA en la predicción de estructuras de proteínas, con la creación de AlphaFold. Su aportación, junto con la del Prof. David Baker, en el desarrollo de métodos para el diseño de proteínas de novo, han influido considerablemente en el curso de mi tesis doctoral y es uno de los enfoques que estamos explorando activamente en el grupo ChemSynBio.

Adicionalmente, destacaría los encuentros con el Dr. Morten Meldal, Nobel en Química en el 2022 por el desarrollo de la química click y la química bioortogonal, con el Dr. Ben L. Feringa, Nobel en Química en 2016 por el diseño y síntesis de las máquinas moleculares, y con el Dr. David W.C. MacMillan, Nobel en Química en 2021 por el desarrollo de la organocatálisis asimétrica. Aunque son temas alejados de mi área de investigación, sus ideas y recomendaciones fueron muy inspiradoras para brindar enfoques novedosos a mi futura investigación.
«Estamos en un punto de inflexión en cómo se diseñan y producen las bioterapias.»
Considero que, en parte debido a la IA y concretamente en el área de mi interés, estamos en un punto de inflexión en la manera en la que se diseñan y producen las bioterapias. Son tiempos muy emocionantes para ser una mujer en la ciencia. Por supuesto, es tan solo el inicio, pero no puedo esperar a ver los avances que están en camino y, de alguna manera, a formar parte de ello.