Conferencia y debate organizado por la Promoción de Ingeniería Química IQS de 1968. De la técnica como factor clave a la hora de analizar el mundo contemporáneo de Jacques Ellul hasta El imperativo de la ejemplaridad de Javier Gomá.
La conferencia organizada por la Promoción de Ingeniería Química IQS de 1968 sobre ¿Qué valores nos trae el siglo XXI? hizo de nexo para atraer a representantes de varias generaciones de ex alumnos IQS, profesores actuales y de otras personas interesadas en oír la voz del Dr. Francesc Núñez, profesor de Filosofía y director del Máster de Humanidades de la UOC, y el Dr. Albert Florensa, profesor de la Cátedra de Ética y Pensamiento Cristiano de IQS. Actuó como moderador Ramon Pons, ingeniero químico IQS de la Promoción 1968.
Abrió el acto el Dr. Pedro Regull, director general de IQS, que agradeció la labor de todos los organizadores y la presencia de todos los asistentes porque «los valores forman parte de la centralidad de la educación que imparte IQS».
A continuación, el Dr. Florensa explicitó el alcance de la sesión, que pretendía ser una aproximación, desde la filosofía y la sociología, a los valores que se manifiestan en nuestras sociedades y, en particular, al papel que tienen o deberían tener los llamados tradicionalmente «valores humanísticos».
El Dr. Florensa subrayó la relación que mantiene el hombre contemporáneo con el fenómeno técnico, y para ello recurrió a la autoridad del sociólogo y teólogo Jacques Ellul (Burdeos 1912-Pessac 1994). Este pensador francés afirma que «la técnica es el factor clave a la hora de analizar el mundo contemporáneo». Por cada obra sociológica que dedicaba a la técnica, el pensador francés escribía otra, pero desde la vertiente teológica. El Dr. Florensa destacó que la característica fundamental de la relación entre el hombre contemporáneo y la técnica es que la técnica se ha convertido en autónoma, porque el ser humano se ha entregado a los valores que permiten el desarrollo del sistema técnico, devaluando los demás valores. En su discurso, el Dr. Florensa utilizó diferentes imágenes e ideas: de Kubrick de 2001: una odisea del espacio; de la Chicago World’s Fair 1833-1933, Century of Progress Exposition, el lema fue «la ciencia descubre, la industria aplica y el hombre se adapta»; los pensadores Max Weber, Ortega y Gasset, Heidegger y Hans Jonas; y del pintor Christopher Richard Wynne Nevinson (1989-46). Para Ellul, la recuperación del control del sistema técnico por parte del hombre pasa necesariamente por encontrar un punto de apoyo fuera de este sistema.
Estableció varios paralelismos entre los valores de la era inmunológica del siglo XX y los de la sociedad del rendimiento del siglo XXI, expuestos por Byung-Chul Han (Seúl, 1959), profesor actual de la Universidad de Berlín, en su libro La sociedad del cansancio, donde analiza también el paso de la sociedad del deber a la sociedad del poder (We can). Hizo mención de la idea de Zygmunt Bauman, sobre que el hombre hoy ya no echa raíces en la tierra, sino que echa anclas en el mar, para hacer alusión a la sociedad de los valores líquidos que Bauman define tan bien. Para desarrollar una vida plenamente humana, Han propone que el hombre debe abandonar el exceso de actividad que le impone la sociedad contemporánea y recuperar la vida contemplativa.
A continuación, el Dr. Francesc Núñez planteó su exposición sobre el valor del ejemplo. «Somos lo que hacemos», un pensamiento parafraseado por Eduardo Galeano de este modo: «Al fin y al cabo, somos lo que hacemos, para cambiar lo que somos». Y con este objetivo recurrió a las paradojas vitales que dibuja Kino, a las lecciones derivadas de la fábula de Sileno, a las variantes del nihilismo y de la muerte de Dios más conocidas, y se fijó en El imperativo de la ejemplaridad de Javier Gomá. Analizó los valores seculares asociados a las virtudes teologales y cardinales, y destacó que mientras que todas las virtudes tenían su correspondiente valor secular, en el caso de la virtud de la templanza esta correspondencia parecía más difícil de encontrar.
El Dr. Núñez evocó que a menudo se han hecho comparativas entre lo que significarían la fe, la esperanza y la caridad del siglo XX trasladadas al marco de la sociedad del siglo XXI: ahora la fe se ha convertido en asertividad (la famosa afirmación que hoy se reconoce en el we can), la esperanza en el optimismo ante las adversidades y la caridad en la solidaridad con los desfavorecidos. Y algo similar ocurre con la prudencia que hoy sería capacidad de previsión, precaución o mano izquierda, la justicia que se traduciría en las exigencias de la equidad o la igualdad, la fortaleza se traduciría en la posibilidad o potencia de incrementar todo y la templanza, la más difícil de denominar, como ya se ha indicado, se podría identificar con ciertas formas de radicalidad de vida, de ascetismo, o, de un modo más general, de sostenibilidad.
El final de las dos exposiciones, profundas y a la vez amenas, fue seguido de un diálogo vivo por parte de los asistentes de la Promoción de Ingeniería Química IQS de 1968, que se encuentran en el origen de este debate abierto en un sano ejercicio de la libertad de pensamiento y de cátedra.
Sobre IQS
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