¿Podemos exponer a los investigadores, al personal de desarrollo, al de producción y al público en general a unos riesgos que simplemente desconocemos: los de los nanomateriales de síntesis?
Barcelona, 18 de mayo de 2010.- ¿Podemos exponer a los investigadores, al personal de desarrollo, al de producción y al público en general a unos riesgos que simplemente desconocemos: los de los nanomateriales de síntesis?
Hoy se han reunido en el IQS el Dr. Julià Sempere, coordinador general de NanoSost y director del departamento de Ingeniería Química del IQS, el Dr. Jesús Santamaría, profesor catedrático y miembro del Grupo de Nanopartículas e Interfaces (NFP-INA) de la Universidad de Zaragoza y editor de la sección Materiales Synthesis and Processing de la revista Chemical Engineering Journal; el Dr. Eduard Serra, profesor asociado al departamento de Ingeniería Química del IQS; el Dr. Miquel Borràs, director del Centro de Investigación en Toxicología (CERETOX); David Amantia, departamento de I D i de Leitat Technological Center; Fernando Martín, Swiss Institute of Safety and Security; el Dr. Francisco Balas, departamento de Ingeniería Química y Tecnologías Medioambientales del Instituto de Nanociencia de Aragón; y Celina Vaquero, equipo de Seguridad Industrial de la Fundación LEIA, CDT, para presentar los resultados del proyecto NanoSost, hacia una nanotecnología sostenible, responsable y segura.
NanoSost ha sido un proyecto que liderado por el IQS, miembro fundador de la Universitat Ramon Llull ha intentado dar respuesta a esta pregunta a nivel español. Los retos eran enormes y así lo comprendió el MICINN Ministerio de Ciencia e Innovación cuando hace dos años decidió conceder a este proyecto una subvención única dentro del programa de Proyectos Singulares y Estratégicos.
A lo largo del año y medio efectivo que el proyecto ha estado activo, los investigadores han trabajado codo con codo con las empresas implicadas. Una de ellas, Flubetech, una empresa spin-off del IQS que es de las pocas capaces de sintetizar kilos de nanomateriales cada día. Otras evalúan la aplicación de nanomateriales en sus productos o la eficacia de los sistemas de protección que producen.
Se han establecido las bases para definir nanomateriales de referencia y para evaluar el riesgo químico y biológico de los nanomateriales más comunes, como los de plata, oro, hierro, nitruro y carburo de titanio, nanotubos de carbono, sílice, alúmina, etc. Los resultados son espectaculares. Sólo por citar algunos ejemplos, las nanopartículas de plata catalizan reacciones conocidas, pero apenas perceptibles con tamaños de partículas mayores; las derivadas del titanio reaccionan con el nitrógeno o arden a temperaturas anómalamente bajas; u otras alteran significativamente la resistencia al fuego de materiales compuestos.
Se han ensayado las todavía incipientes técnicas que habrán de servir para detectar y cuantificar los nanomateriales en el aire y en el puesto de trabajo, un problema todavía no completamente resuelto. Para ello, se han tenido que desarrollar técnicas de simulación experimental y numérica de la dispersión de nanomateriales en el aire. Se han estudiado nuevos materiales barrera basados en nanofibras de polímero para la protección de los trabajadores y se ha evaluado la eficacia de sistemas de protección colectiva, como campanas de confinamiento. Se han empezado a utilizar los mismos conceptos que utiliza la bioinformática para estructurar el conocimiento de las propiedades de los nanomateriales. Finalmente, se han sentado las bases de unas buenas prácticas para la manipulación de nanomateriales y de un sistema de gestión del riesgo.
En conjunto, ha sido un trabajo que ha superado con creces los objetivos de su primer año y medio, lo que sólo era la mitad del proyecto. Ahora están sentadas las bases experimentales, los equipos puestos a punto, el personal formado y muchos resultados prácticamente listos para ser publicados o patentados.
Desafortunadamente, las estrategias de financiación del Gobierno han cambiado. Los Proyectos Singulares y Estratégicos desaparecen, no pudiendo ser renovados para nuevos períodos anuales. Son sustituidos por otros tipos de proyectos, más orientados a un éxito comercial a corto o medio plazo. Difícilmente NanoSost va a poder continuar como un proyecto único, restándole el valor social que el entorno multidisciplinar le proporciona. Así, difícilmente los investigadores de NanoSost podremos dar una respuesta clara a la pregunta que encabeza estas líneas.
La Plataforma Tecnológica Española de Seguridad Industrial (PESI) apoyó NanoSost desde que fue planteado como proyecto. Ahora se ha ofrecido a acoger a los miembros del consorcio de NanoSost para que puedan continuar el intercambio de información en un espacio de debate en el que confluyen empresas, agentes de investigación y diversas administraciones públicas. El objetivo es la formulación de nuevos proyectos muy focalizados a corto plazo y uno de gran impacto para el próximo año, que permitan continuar la investigación iniciada y dar respuesta a los retos que se planteó NanoSost.
El consorcio de NanoSost esta formado por el IQS, AENOR, Centro de Investigación en Toxicología (CERETOX), Cidemco, Centro Internacional de Métodos Numéricos en la Ingeniería (CIMNE), Datapixel, Endor Nanotechnologies, Estambril, Flubetech, Inasmet, INA, Innovalia, Instituto de Salud Carlos III, Fundación Leia CDT, Leitat, Mondragon Goi Eskola Politeknikoa (GEP), Solutex, Swissi, Tuboplast CTL, Unimetrik, y Universidad de Zaragoza, y tienen solicitudes de adhesión de Grupo Sallén Tech, Centro Tecnológico Lurederra, y Centro de Investigación Biomédica en Red en Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER BBN).