Saltar al contenido

Estudios

Nunca hemos pensado que fuera fácil, pero vale la pena

2 junio 2022

En IQS llevamos muchos años trabajando con y para las empresas, en investigación, innovación y transferencia de tecnología. Sin embargo, cada día pensamos que podemos hacerlo mejor y adaptarnos a los cambios que desde dentro de la universidad y desde fuera, con las empresas, afloran y nos animan a seguir.

Nadie ha dicho que la transferencia de tecnología sea fácil en el seno de las universidades, pero todo el mundo coincide en que una universidad sin investigación ni transferencia, en la actualidad, no tendría sentido.

En primer lugar, la transferencia de tecnología es «una buena cosa». Es una actividad intrínseca en la universidad, así como la docencia y la investigación. La generación y diseminación del nuevo conocimiento es más el resultado de la actividad de investigación, pero cuando se puede hacer un uso económico o comercial con las empresas, entonces es cuando lo convertimos en transferencia. De esta forma conseguimos que el nuevo conocimiento y la tecnología lleguen al mercado en forma de nuevos servicios, nuevos productos, nuevas formas de producir y que en definitiva impactan en el bien de la sociedad. Así es cómo contribuimos con la innovación industrial.

En segundo lugar, es necesario tener en cuenta que la transferencia de tecnología no tiene lugar por sí misma. Es necesaria implicación, necesita de recursos y de dedicación intensa tanto por parte de los investigadores como de otras figuras de apoyo que hagan viable la interacción con el entorno. El profesor debe encontrar más tiempo y compaginar esta tarea con las funciones docentes y de investigación más integradas históricamente. También debe pensarse en cómo los resultados de su investigación pueden dar respuesta a problemas o retos que afrontan las empresas. Esto implica un cambio de mentalidad pensando en un entorno diferente, muy orientado a resultados, limitaciones temporales y restricciones económicas. Hay que ser creativos, innovadores para ver todas las cosas de otra forma.

En tercer lugar, es necesario establecer un marco conceptual, una política, una estructura, una forma de hacer y un conjunto de procedimientos. Es necesario pensar en temas como la titularidad de la propiedad intelectual, los derechos de explotación, los modelos de transferencia, los tipos de acuerdos con las empresas y los inversores, los incentivos para los investigadores, los beneficios para los grupos de investigación, las acciones formativas, las estructuras que lo hacen viable, etc.

Ahora bien, al final habrá merecido la pena. El esfuerzo se ve recompensado tanto a nivel institucional como a título personal. La universidad se implica más en su entorno y consolida su compromiso social. Crece el vínculo con las empresas. La actividad genera ingresos que entran en los círculos de inversiones y apuestas de futuro. El reconocimiento de la Universidad como centro innovador se extiende. Los profesores y los investigadores son conscientes de sus aportaciones a la solución de retos del ciudadano y de las empresas. Establecen relaciones con el entorno empresarial y la confianza crece en el seno de estos equipos transversales. Se implican en sus retos de futuro y llegan a sentirse parte de la cadena de valor. Es una satisfacción que va más allá de la compensación con un incentivo económico.

Disponer de una oficina de transferencia de tecnología es esencial, aunque a menudo, por su tamaño, no siempre se pueden ofrecer la totalidad de los servicios que serían necesarios y se precisa recurrir a la colaboración con agentes externos. En cualquier caso, queda claro que estas unidades son imprescindibles y que los profesores e investigadores deben visualizarla como parte de la universidad. Su principal función es hacer posible las relaciones entre la empresa y la universidad, entre las necesidades empresariales y las oportunidades que da el conocimiento científico y tecnológico, entre el valor de mercado y los costes económicos, etc.

En IQS llevamos muchos años trabajando con y para las empresas, en investigación, innovación y transferencia de tecnología. Sin embargo, cada día pensamos que lo podemos hacer mejor y adaptarnos a los cambios que desde dentro de la universidad y desde fuera, con las empresas, afloran y nos animan a seguir.

 

Dra. Núria Vallmitjana
Directora de IQS Tech Transfer