El Dr. Roberto Cantoni se ha incorporado a la Cátedra de Ética y Pensamiento Cristiano de IQS, tras haber recibido una de las prestigiosas ayudas Ramón y Cajal, que le permitirá desarrollar durante cinco años sus proyectos de investigación en Justicia energética y ambiental y en Ecología política en el centro universitario. El Dr. Cantoni es, además, miembro de la junta directiva del Environmental Justice Atlas, la mayor plataforma activa que recoge los casos de injusticia ambiental en todo el mundo.
“Mi investigación se centra en el impacto social, económico y ambiental de las decisiones que se toman en los ámbitos energéticos”

Hablamos con el Dr. Cantoni de la importante ayuda recibida, de sus áreas de experiencia y de su incorporación como profesor e investigador en IQS.
Roberto, háblanos de tu trayectoria como investigador y de tus áreas de experiencia
Mi trayectoria es muy variada, soy un espíritu muy inquieto. Empecé estudiando Físicas en la Universidad de Nápoles, pero tenía muchas más inquietudes. Hice varios másteres sobre Evolución de lenguaje, Comunicación de la Ciencia y Periodismo científico, e Historia, Filosofía y Sociología de la Ciencia. Hice el doctorado en Historia de la Ciencia y Tecnología en la universidad de Manchester. La tesis versaba sobre el papel de las tecnologías de exploración geofísica para conseguir petróleo y gas en la época de la Guerra Fría, donde profundicé en como las tecnologías más avanzadas permitían conseguir los recursos de los territorios, condicionando las políticas.
Le cogí el gusto al tema de las energías e hice varios postdocs, siempre desde enfoques sociológicos, sobre recursos energéticos como el shale gas – gas esquisto, petróleo, energía nuclear y llegué finalmente a las energías renovables. Estuve trabajando durante casi dos años en el Proyecto CIREG sobre integración de tecnologías renovables en países de África Occidental, en el Centro de Investigación sobre el Desarrollo (ZEF, Universidad de Bonn). En 2019 conseguí una beca europea Marie Curie para un proyecto en el Instituto de Historia de la Ciencia de la UAB, referente a una metodología socio-histórica sobre los movimientos de protesta antinuclear italianos en los años 60 – 80, pero tuve que renunciar por dificultades de acceso a archivos, al coincidir con la pandemia de la Covid-19. Realicé otro postdoc en la SPRU (Universidad de Sussex) sobre Descarbonización y Transición justa en ciertas áreas de Europa (Alemania, Estonia, Polonia y Grecia) dependientes de carbón, minas y plantas térmicas, y la implementación de la transición energética en estas regiones (Proyecto CINTRAN).
Conseguí después una beca Beatriu de Pinós para trabajar en el ICTA – Instituto de Ciencias y Tecnologías Ambientales de la UAB, con el grupo de Justicia Ambiental del Dr. Joan Martínez Alier, uno de los fundadores de la Economía ecológica , con una temática muy relacionada con lo que había hecho previamente en África. Aquí, trabajé en el Sahara occidental y en la Guyana francesa, junto a Brasil, dos regiones interesantes por las disputas territoriales, entrelazadas con el discurso sobre el ‘crecimiento verde’: en Sahara Occidental, Marruecos está construyendo plantas de energías renovables para legitimar económicamente, y de algún modo, su ocupación; y en la Guyana se están construyendo plantas solares, por decisión de un gobierno externo situado a miles de km, que no tiene en cuenta la afectación de estas decisiones en las comunidades locales, ocasionando grandes protestas por la construcción de plantas solares que van a destruir una zona de la comunidad indígena.
¿Por tanto, tu campo de investigación actual, con esta ayuda Ramón y Cajal, es la Justicia ambiental y energética?
Sí, finalmente, centro mi investigación en el impacto social, económico y ambiental de las decisiones que se toman en los ámbitos energéticos. En algunas localidades de África se están creando vertederos de desechos electrónicos, procedentes de Europa y de América, porque somos muy poco conscientes del alcance y las consecuencias del desarrollo tecnológico.
«Somos muy poco conscientes del alcance y las consecuencias del desarrollo tecnológico»
Ahora, estoy acabando de publicar los resultados de la investigación en la Guyana, del proyecto CINTRAN y el impacto del cierre de las minas de carbón en algunos puntos de Europa: la transición energética y ecológica en esos puntos puede causar desempleo masivo y, en términos políticos, se puede convertir en tendencia a voto a partidos populistas, con narrativas muy simplistas que políticamente funcionan. En esto estoy trabajando ahora.
¿Qué ha supuesto para ti recibir esta ayuda Ramón y Cajal?
Estabilidad, ¡por fin! Para mí es muy importante haberla conseguido. La Ramón y Cajal es una beca por 5 años y tengo que decir que me la concedieron en el primer año de solicitud, cosa que no es nada habitual y que yo no me esperaba.
¿Por qué escogiste IQS-URL para llevarla a cabo?
Pues tengo varios motivos. En el ICTA no podían acogerme como investigador Ramón y Cajal, por temas relativos al estatuto del instituto. Tuve varias ofertas, pero me quería quedar en Barcelona.
En la entrevista que hice en IQS valoraron mucho que mis investigaciones estuvieran a caballo entre las dos escuelas, School of Engineering y School of Management, era un punto muy positivo porque abría la puerta a colaboraciones muy interesantes entre ambas facultades. Además, llevaba muchos años deambulando aquí y allá y con muchos trabajos en remoto. El Dr. Flavio Comim me transmitió la política de trabajo presencial y de colaboración cercana en IQS, y eso es lo que realmente necesito.
«Mi área de experiencia abre la puerta a colaboraciones entre las dos facultades de IQS»
Otra cosa que me hizo decantarme por IQS fue la posibilidad de impartir docencia, cosa que no había podido realizar hasta ahora en profundidad, y poder transmitir mis conocimientos y experiencia a los profesionales del futuro.
«En IQS puedo trasmitir mis conocimientos y experiencia a los profesionales del futuro»
Finalmente, ¿qué esperas conseguir en estos años de investigación?
Cinco años es mucho tiempo. Como ya he dicho, me gustaría conseguir estabilidad laboral, personal y también científica, colaborando con otros investigadores de IQS.
«Me gustaría poder llegar a crear mi propio Grupo de Justicia ambiental»
Me gustaría poder llegar a crear mi propio Grupo de Justicia ambiental, porque en realidad no se trata de un concepto genérico, como puede parecer a primera vista, hay infinitas interrelaciones. Cada grupo social tiene su idea de ‘justicia’ y de ‘ambiente’, y tenemos que estudiar el impacto de, por ejemplo, una idea generada en Europa e implantada en Bolivia y si va a tener un valor en la sociedad en la que se implemente. Los criterios de justicia no tienen por qué coincidir por igual en todas partes, y eso hace que muchas veces los proyectos fracasen.
«Muchas veces los proyectos fracasan por diferentes criterios de justicia»
Me gustaría estudiar los marcos de justicia vigentes en países concretos y como facilitar la visión común de los criterios de justicia a aplicar en la construcción de proyectos. Y esto tiene tanto una importancia teórica, en términos de diferenciar las diversas ideas de justicia existentes, como aplicación práctica que permita ofrecer una base de entendimiento mutuo.
Becas Ramón y Cajal
Las ayudas Ramón y Cajal, que concede el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades – Agencia Estatal de Investigación, tienen como objetivo promover la incorporación, en organismos de investigación, de personal investigador con trayectoria destacada, para conseguir competencias y capacidades que les permitan establecerse dentro del sistema español de Ciencia, Tecnología e Innovación, recuperando especialmente aquellos que hayan desarrollado actividades de investigación en el extranjero.
