María Gil Vives, estudiante de Doctorado de Bioingeniería de IQS, ha conseguido una beca de la Fundación Ramón Areces para la realización de su tesis doctoral en el campo de las Ciencias de la Vida y de la Materia – Biomedicina. La Fundación Ramón Areces colabora en la formación de personas que inician su carrera como investigadores científicos, financiando contratos para llevar a cabo tesis doctorales en programas de doctorado de universidades españolas.
“Mi investigación se basa en desarrollar unas nanopartículas poliméricas como plataforma para la administración segura de fármacos en mujeres embarazadas”

María Gil consiguió una de las 26 becas que concedió esta fundación en 2024 para la realización de tesis doctorales dentro de los programas de Biomedicina. Su tesis, codirigida por la Dra. Cristina Fornaguera Puigvert, del grupo NanoTher Nanotherapies Lab del Departamento de Bioingeniería de IQS, y la Dra. Marta Hernández Hernández, del grupo PHAGEX, grupo de investigación en Farmacoterapia, Genómica y Exposómica de la Facultad de Ciencias de la salud de Blanquerna, está centrada en la investigación del cáncer de mama asociado al embarazo, una situación que afecta actualmente a 1 de cada 3000 embarazos, con una incidencia creciente en los últimos años.
Hablamos con María Gil de su investigación, a caballo entre las dos facultades de la URL, y de lo que ha supuesto conseguir esta prestigiosa beca.
María, en primer lugar, ¿qué ha supuesto para ti conseguir esta beca?
Para mí ha sido un honor muy grande, porque es una fundación de mucho prestigio. El hecho de tenerla es también una gran responsabilidad, ya que implica hacer una investigación de gran calidad. Estoy muy agradecida a la comisión que nos ha escogido a mí y a nuestro proyecto, han creído en nosotras y han decidido apoyarnos. Además, esta beca también me ofrece y facilita muchas oportunidades y me permitirá poder cerrar la tesis de forma muy sólida.
«Estoy muy agradecida a la Fundación Ramón Areces por haberme escogido a mí y a nuestro proyecto»
¿Cuál es el objetivo de la tesis?
Mi tesis se basa en desarrollar unas nanopartículas poliméricas como plataforma para la administración segura de fármacos en mujeres embarazadas. Queremos diseñar unas nanopartículas basadas en un nuevo polímero, similar a las que se sintetizan en el laboratorio de NanoTerapias. En este caso, queremos que nos permita encapsular fármacos para que, cuando sean administrados, no interaccionen con la membrana placentaria y sí que lo hagan con las células responsables de la enfermedad.
«Queremos diseñar unas nuevas nanopartículas para encapsular fármacos y que no interaccionen con la membrana placentaria»
Es decir, queremos encontrar un material que evite que los fármacos atraviesen la placenta y que, a la vez, preserve su efecto terapéutico. En esta tesis, queremos hacer una prueba de concepto y ensayar estos materiales para terapias de cáncer de mama en mujeres embarazadas, utilizando como fármaco la doxorubicina. Queremos conseguir validar la terapia en modelos celulares de placenta y de animales.
¿Con qué materiales estáis trabajando?
En este caso, estamos trabajando con el PLGA (ácido poli (láctico-co-glicólico)), que es un material aprobado por la FDA y garantiza la seguridad de poderlo llevar a clínica. Estamos apostando por este polímero, que es seguro para ser administrado en pacientes. Partiendo de esta base de seguridad y no toxicidad, lo estamos modificando para conseguir que sea invisible y reducir su interacción con células no diana para prevenir su paso a través de la placenta.
«Apostamos por trabajar con PLGA por ser un material seguro y aprobado por la FDA»
Pasaremos de tener una molécula pequeña de fármaco libre a estar recubierta por la estructura más grande del polímero dentro de las nanopartículas. Así, cuando se administre la terapia por vía intravenosa y se distribuya por todo el cuerpo, al llegar a la placenta, el hecho de tener un tamaño superior y una superficie diseñada específicamente hará mucho más difícil que las células placentarias las puedan internalizar y transferir hacia el feto. Además, la superficie de las nanopartículas se puede funcionalizar con moléculas que reconocen dianas típicas del cáncer de mama. Esto hace que la doxorrubicina se acumule preferentemente en el tejido tumoral de la madre, mientras se reduce al mínimo el paso del fármaco a través de la placenta y, por tanto, la exposición del feto.
¿ De dónde surgió la idea de crear este nuevo material?
Esta línea de investigación surgió de la voluntad de la Dra. Fornaguera y la Dra. Hernández de poder dar solución a las mujeres embarazadas que necesitan un tratamiento farmacológico, ya que actualmente hay muchos fármacos (oncológicos, antiepilépticos, antibióticos, antidepresivos, etc.) que no se les pueden administrar, por el hecho de estar embarazadas. El riesgo que supone que estos fármacos puedan atravesar o acumularse en la placenta, hace que las pacientes tengan muy pocas opciones de tratamiento.
«La investigación surge, pues, de la voluntad de dar solución a los tratamientos farmacológicos para mujeres embarazadas»
Frente a esto, vieron la necesidad de desarrollar alguna solución terapéutica que no supusiera ningún riesgo para el feto. Fue entonces cuando me propusieron la idea en la realización de mi TFG de Farmacia, idea que me pareció muy interesante porque abríamos camino en un tema muy necesario. Y ahora, lo continúo en la tesis.
¿Podría llegar a ser una terapia universal para mujeres embarazadas?
Sí, empezamos con el cáncer de mama, porque actualmente los riesgos que implica esta enfermedad son muy altos y, si los conseguimos bajar, ni que sea poco, será un gran avance. Nuestra idea, sin embargo, es extenderla a otras enfermedades de las cuales muchas mujeres deben dejar de tratarse durante el embarazo, con escenarios de riesgo tanto si siguen el tratamiento (para el feto), como si no lo hacen (para ellas). Lo que debemos conseguir es no tener que asumir riesgos y no tener que hacer balances riesgo/beneficio, como se tiene que hacer actualmente, y podamos disponer de una solución segura para no tener que padecer.
«Nuestra idea es extender esta terapia a otras enfermedades»
Se trata, pues, de una investigación muy puntera, que ha despertado también mucho interés en las áreas pediátricas
Sí, porque los niños y niñas que han estado expuestos a tratamientos de quimioterapia, o que han nacido de forma prematura por su exposición a la salud de la madre, normalmente nacen bajos de peso. Esto se traducirá en una incidencia más elevada en enfermedades a lo largo de su vida. Por tanto, el hecho de encontrar terapias más seguras durante el embarazo, además del beneficio evidente que supone para las madres, tendrá una repercusión directa en las áreas pediátricas y de salud publica.
¿Y qué opinan las directoras?
Dra. Fornaguera. Para el grupo que lidero, es un proyecto estratégico, significa abrir una nueva línea de investigación focalizada en la salud de la mujer y, más concretamente, de las mujeres embarazadas. La investigación en salud de la mujer ha estado infraestudiada e infravalorada a lo largo de los años, y nosotras queremos contribuir activamente. Gracias al conocimiento que tenemos en nuestro grupo y nuestra experiencia en el diseño de nanomateriales que permiten controlar la biodistribución de fármacos, nos sentimos preparadas para poder aportar nuestro granito de arena para mejorar la salud de la mujer.
Dra. Hernández. Este proyecto es una pieza clave: permite integrar la investigación en seguridad de los medicamentos y en el impacto de las exposiciones intrauterinas con el desarrollo de nuevas estrategias de nanoterapia durante el embarazo. Combinar este conocimiento con nanomedicina orientada a minimizar la exposición fetal quiere decir avanzar hacia tratamientos que protejan a la vez a la madre y al bebé, con una perspectiva clara de salud pública y de salud de la mujer, y con vocación traslacional.














