Lluís Salvadó recalca en IQS el compromiso del Port de Barcelona con la sostenibilidad
“Barcelona es uno de los pocos lugares de Europa que cuenta con una instalación portuaria conectada con otros 200 puertos internacionales. Una instalación situada junto a un aeropuerto, conectado a su vez con infinidad de aeropuertos de todo el mundo, además de una gran zona logística (…). Port de Barcelona cuenta también con una conexión ferroviaria de ancho europeo”. Así resumió la importancia estratégica del Port de Barcelona su actual presidente, Lluís Salvadó, en una conferencia organizada por IQS Fundación Empresas el pasado 4 de junio.
Bajo el título ‘Port de Barcelona: Horitzó 2030’, Salvadó presentó la visión estratégica de la instalación y los diferentes proyectos actualmente en marcha y enfocados a superar los retos de descarbonización, competitividad, integración ciudad-puerto e innovación. Cuatro ejes clave de la imparable transformación destinada a posicionar el Port de Barcelona como líder en sostenibilidad y eficiencia de aquí a 2030.
Sostenibilidad, compromiso ineludible
En su intervención, Salvadó subrayó que uno de los principales retos del Port de Barcelona es la descarbonización. «Nuestra meta es convertirnos en un puerto neutro en carbono para 2050, con hitos importantes ya alcanzados para 2030», añadió. En este compromiso con la reducción de emisiones de carbono, el presidente destacó iniciativas como la electrificación de muelles, la adopción de combustibles alternativos y la implementación de tecnologías avanzadas de eficiencia energética.
En este sentido, en julio de este año se pondrá en funcionamiento el primer Onshore Power Supply (OPS) del Mediterráneo en la terminal BEST, que permitirá a los barcos de contenedores conectarse a la red eléctrica del puerto, reduciendo significativamente las emisiones de carbono. Será el pistoletazo de salida de un ambicioso proceso que pasa por la creación de una subestación eléctrica propia capaz de abastecer todos los muelles. Y para hacerlo posible, ya se está desplegando una red enorme de placas fotovoltaicas de techo que convertirán el puerto de Barcelona en uno de los primeros operadores fotovoltaicos de toda Europa.
Pero el gran reto del transporte marítimo es sustituir los combustibles actuales por otros descarbonizados. La apuesta de las grandes navieras es el metanol verde, pero, mientras esta solución se hace efectiva, la instalación portuaria trabaja en la introducción como transición del gas natural licuado (GNL).
En el marco de ese camino hacia la sostenibilidad, Salvadó destacó la reordenación de las terminales de cruceros, una medida que tiene como objetivo atraer a un segmento turístico exclusivo sin aumentar el tráfico de pasajeros. A este fin responde el cierre de las terminales Norte y Sur del WTC más cercanas a la ciudad y la consiguiente entrada en servicio de dos terminales en el moll Adossat. «La liberación de estos espacios implica la construcción de nuevas terminales de alto standing, mucho más modernas, similares a las que se ven en Miami», explicó. De esta manera, la nueva Terminal G, prevista para 2027, se posicionará como una de las más atractivas de Europa, orientada hacia un turismo de mayor valor añadido, reduciendo así el número de cruceristas “de paso” y contribuyendo a un modelo turístico más responsable, sostenible y exclusivo.
Competitividad logística
Pero los cruceros son solo una parte muy pequeña de la actividad que se mueve en las 1.100 hectáreas del Port de Barcelona y en la que se concentran unas 500 empresas y cerca de 40.000 trabajadores. La actividad central se concentra en sus dos terminales de contenedores, que mueven alrededor de 4 millones de contenedores y lo convierten en el cuarto puerto del Mediterráneo. Por ello, la modernización de infraestructuras, la mejora de la conectividad intermodal y la expansión de servicios logísticos son fundamentales para afianzar el liderazgo del Port de Barcelona en el Mediterráneo.
El sector marítimo en los últimos 20 años ha tendido al gigantismo. Así, en el año 2000, los barcos transportaban 10.000 contenedores y ahora transportan 24.000. “Son embarcaciones más grandes y eficientes, pero esto significa que debemos adaptar urgentemente el Port para navíos más grandes. Y esto hay que hacerlo antes de 2030, con la transformación del muelle Prat y el muelle Cataluña”, argumentó Salvadó.
Barcelona es también el único puerto de la península conectado a la red ferroviaria europea con dos anchos de vía (entárdar VIC e ibérico). La colaboración entre el Estado y la Generalitat ha desbloqueado nuevas conexiones ferroviarias esenciales para dimensionar la actividad logística del puerto. Salvadó destacó que actualmente el 15% de los contenedores se transportan por tren, una cifra que esperan duplicar para 2030 gracias a los nuevos accesos ferroviarios. Este proyecto, financiado con 800 millones de euros del Estado y 200 millones aportados por el puerto, es crucial para reducir la dependencia del transporte por carretera y mejorar la eficiencia logística.
Integración urbana e innovación
El plan estratégico también incluye una mayor integración del puerto con la ciudad, creando un entorno más accesible y atractivo. Trasladadas las terminales de cruceros al muelle adosado, la idea es acabar de urbanizar ese espacio liberado y que Las Ramblas terminen en el muelle a través de una pasarela. Las obras para tener a punto toda la infraestructura para la celebración de la Copa América son solo una primera fase en este sentido. Tras la competición, se acabará de reurbanizar el muelle de Pescadores para que la ciudadanía pueda llegar a la Torre del Reloj con una pasarela. La explanada en la que debía ir el Hermitage se destinará al mismo uso cultural previsto y se convertirá el Port Vell en un espacio de oferta gastronómica, entre otras iniciativas. Y todo quedará conectado con el bus náutico.
“Queremos que uno de los vectores de identificación del Port de Barcelona sea la innovación”, subrayó Salvadó como cuarto pilar ineludible de la gran transformación. Por ello, Port de Barcelona apuesta por los espacios de innovación tecnológica, como el de la fundación Norrsken, con unas 260 start ups; el TECH Barcelona, ubicado en el Port Vell y que acoge otras 150 start ups, y el entorno WTC y los Tinglados de Sant Bertran, también convertido en un espacio para empresas tecnológicas. El presidente recordó que, actualmente se está desarrollando el proyecto BlueTechPort que, con una inversión de 50 millones de euros, convertirá los Tinglados de Sant Bertran en el principal centro de economía azul a nivel europeo.
En resumen, un proyecto estratégico que permitirá posicionar el Port de Barcelona no solo como un hub logístico de referencia, sino como un modelo de sostenibilidad e integración urbana. Pero, ¿con qué financiación? “Salimos de una etapa de planificación en la que ha habido poca obra porque se estaban preparando los proyectos. Esto nos ha permitido hacer caja para afrontar los 300 millones que invertiremos en los próximos dos años con recursos propios. Creemos que buena parte de las necesidades hasta 2032 las podremos financiar con los beneficios generados”, explicó Salvadó.