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Estudios

La innovación y los modelos de colaboración entre la empresa y la universidad

25 septiembre 2019

En el mundo de la innovación, la empresa busca en la universidad, tecnologías ya desarrolladas, con prototipos funcionales y por tanto muy próximas a mercado. En otros casos, también se busca el conocimiento, la experiencia y la capacidad de adaptar la investigación propia a la solución de nuevos retos.

En la entrevista de este mes, Joan Cortés, consultor especializado en temas de innovación en la empresa, pone de manifiesto los necesarios vínculos entre el mundo universitario y el mundo empresarial como una de las posibles vías para que la innovación tenga un retorno garantizado y rápido.

En el mundo de la innovación, la empresa busca en la universidad dos tipos de proyectos. Por un lado, las tecnologías surgidas de la propia investigación, ya desarrolladas, con prototipos funcionales y por tanto muy próximas a mercado. En el otro extremo, el conocimiento, la experiencia y la capacidad de adaptar la investigación propia a la solución de nuevos retos empresariales.

En el primer caso, se trata a menudo de proyectos innovadores que han conducido a solicitudes de patente que permiten proteger la propiedad industrial. En determinados casos, incluso el equipo de investigadores ha decidido crear una start-up para la comercialización de esta tecnología. Es en este momento cuando se entra en una nueva espiral en que conseguir inversores para una optimización de la tecnología o para la producción y comercialización del producto es esencial. La transferencia de tecnología toma una de sus vertientes, quizás la más conocida, y se inicia una negociación, en la que no debemos perder de vista que la finalidad última es la introducción en el mercado de ese nuevo producto obtenido con la tecnología desarrollada fruto de la investigación.

El segundo caso se basa más en la confianza mutua y en la voluntad de querer desarrollar un proyecto conjunto. Tanto empresa como universidad aportan conocimiento, experiencia y enfocan la colaboración en el logro de un objetivo común. La empresa, como mejor conocedora del mercado, es a menudo quien pone sobre la mesa los nuevos retos que pueden dar un giro en cómo las necesidades actuales del entorno pueden ser cubiertas y satisfechas. Por su parte, la universidad suele estar más al día en los nuevos desarrollos tecnológicos y científicos. Los congresos y artículos publicados en revistas científicas, el seguimiento de las actividades de investigación de otros profesores universitarios y colegas de todo el mundo son algunas de las formas en que los investigadores están al día de las novedades tecnológicas y científicas. Es cuando se combinan los dos entornos, el mundo científico y el mundo empresarial, que pueden surgir los objetivos comunes, los retos y las propuestas tecnológicas que constituyen la base del proyecto innovador conjunto. A diferencia del caso anterior, ahora los modelos de transferencia se basan más en los intercambios de conocimiento y el trabajo conjunto. Se basan en lo que aporta cada uno durante el proyecto. Los acuerdos en este caso no tienen por objetivo principal la licencia o venta de la tecnología sino el logro de un proyecto innovador conjunto. La propiedad de los resultados y de la tecnología desarrollada es un aspecto a negociar entre las partes.

En conclusión, son varias las formas en que la colaboración entre la empresa y la universidad puede tener lugar en el mundo de la innovación. En cada caso, las oficinas de transferencia de las universidades deben procurar que las bases estén bien claras y definidas, y deben procurar que se llegue a un acuerdo de colaboración en el que cada parte sea capaz de ver los beneficios. En cualquier caso, ambas partes debemos ser conscientes del impacto social que genera el trabajo conjunto de los dos mundos.

 

Dra. Núria Vallmitjana

Directora de IQS Tech Transfer