Con la voluntad de escuchar voces autorizadas de los líderes de nuestra sociedad, Enric Puig Jofra, SJ, presidente de la Fundación IQS, aprovechó la ocasión de presentar a la conferenciante, Hble. Sra. Irene Rigau i Oliver, consejera de Educación de la Generalitat de Catalunya, para recorrer una biografía vinculada en primera persona a la historia reciente de la educación en Catalunya. Se refirió a sus estudios de psicología, a sus inicios como maestra dentro de la enseñanza pública en las comarcas de Girona, en concreto de educación infantil "de parvulista", como le gusta precisar a la actual consejera, recordó Enric Puig y de primaria, su paso por la enseñanza secundaria y la docencia en la Universitat de Girona y la Universitat Oberta de Catalunya.
- "El ADN de la escuela es repensar todo lo que hemos ido haciendo, y toca repensarlo todo porque ya todo es diferente".
- "Si el mundo va mal", como decía Tony Judt, "puede ir bien la escuela?", se pregunta la "parvulista" que fue y ahora es la actual consejera de Educación.
Barcelona, 10 de junio de 2011.- Con la voluntad de escuchar voces autorizadas de los líderes de nuestra sociedad, Enric Puig Jofra, SJ, presidente de la Fundación IQS, aprovechó la ocasión de presentar a la conferenciante, Hble. Sra. Irene Rigau i Oliver, consejera de Educación de la Generalitat de Catalunya, para recorrer una biografía vinculada en primera persona a la historia reciente de la educación en Catalunya. Se refirió a sus estudios de psicología, a sus inicios como maestra dentro de la enseñanza pública en las comarcas de Girona, en concreto de educación infantil "de parvulista", como le gusta precisar a la actual consejera, recordó Enric Puig y de primaria, su paso por la enseñanza secundaria y la docencia en la Universitat de Girona [ info] y la Universitat Oberta de Catalunya [ info].
Mencionó su pertenencia al Consejo de Enseñanza desde 1980 y el hecho de haber sido jefa de los servicios territoriales de Enseñanza en Girona (1982-1986), secretaria del Consejo Escolar de Cataluña [ info] (1986-1989), subdirectora general de Formación Permanente (1989-1993) y secretaria del Consejo Interuniversitario de Catalunya (1993-1999). Recordó su militancia política en Convergència Democràtica de Catalunya, que la llevó a ser consejera de Bienestar y Familia de la Generalitat de Catalunya (1999-2003) y diputada en el Parlamento de Catalunya en 2003 [ info] y 2006 [ info].
En esta etapa del tripartito Rigau fue pilar del Pacto Nacional por la Educación, firmado por 21 entidades de la comunidad educativa de Catalunya, y con el apoyo mayoritario de los partidos políticos catalanes. Ahora, como consejera de Enseñanza de la Generalitat, Rigau tiene en sus manos la máxima responsabilidad para actualizar aquel Pacto. De ahí el interés por conocer de primera mano las claves del "Futuro de la educación en Catalunya" en un momento de grandes dificultades, derivadas de la crisis económica que sufre el país.
"Si el mundo va mal", como decía Tony Judt, "¿puede ir bien la escuela?"
Rigau encabezó su exposición con la afirmación categórica que la educación "anticipa siempre el futuro" y se puso en la piel del historiador Tony Judt en su libro póstumo Algo va mal. Un tratado sobre los malestares del presente.1 "Si el mundo va mal, ¿cómo puede ir bien la escuela", se preguntaba Rigau y añadía: "El malestar viene de lejos y el debate sobre la educación refleja que se ha perdido en buena parte la confianza en la escuela". Pero no es solo la escuela. Se ha debilitado la escuela, la estructura familiar que antes acompañaba a los jóvenes y ha estallado la crisis, que comportará todo tipo de cambios, no solo legales o coyunturales, sino que el cambio irá a la raíz de todo. Finalmente, quizás ya se ha asumido que "el ser es más importante que el tener". Esto se ve cuando se piensa en la generación perdida de tantos jóvenes que abandonaban la escuela tras un sueldo fácil para poder tener en seguida acceso al bienestar, que se podría simbolizar en una moto.
Los retos son infinitos en la sociedad compleja de hoy y la escuela se halla ante la preponderancia del individuo, en una eclosión de la individualidad, con la necesidad de enseñar una conducta ética, autónoma y solidaria. Con este objetivo, hay que construir estrategias válidas para hacer frente al panorama que se nos muestra en la retina con un 30% de fracaso escolar en primaria, un 30% de fracaso en ESO y un 30% de abandono de los estudios a partir de los 16 años.
¿Cómo se puede recoser un corte tan hondo? ¿Cómo se puede explicar que una visión así convive con realizaciones exitosas como las que ganan los Premios Baldiri Rexach, vinculados a Òmnium Cultural, las Pruebas Canguro, el auge de las nuevas tecnologías en el aula, como los galardones del Círculo de Economía nos mostraban?
Mirar al interior de la escuela, más allá del debate ideológico
El debate ideológico se puede dar por cerrado. Hay que mirar al interior de la escuela. Revisar los currículos, lejos de las autocomplacencias del sistema. Redefinir el concepto de evaluación, que combata las inercias no deseadas, que, simplificando, suponen que el 50% de alumnos aprueba en la primera ronda, el 26% al cabo de una semana, y el 24% restante no pasa; con cambios incluso en el modelo de las calificaciones, donde se ha vuelto a estadios anteriores dejando de lado los "progresa adecuadamente". Reevaluar el uso del concepto de segregación, que ha llevado a implementar los elementos de refuerzo para los alumnos con dificultades en lectoescritura y crear espacios de discriminación para los alumnos de altas capacidades.
Todo ha entrado en la escuela, se le ha pedido todo a la escuela, y habrá que revisar sus pilares. Existe un relato que reclama un joven culto, emprendedor, con aspiraciones, con autoestima, con una componente ética, autónomo, que pivota sobre una fuerte moral de trabajo, que incluye lealtad, perseverancia, disciplina y capacidad de superación ante las dificultades. Ha existido otro relato que ha pivotado sobre la moral del ocio, que primaba la felicidad del niño por encima del esfuerzo. Un binomio que se resume en dos preguntas típicas a la salida de la escuela: en un caso se dice "te lo has pasado bien", y en el segundo, "te has portado bien y has trabajado hoy".
Y esta exigencia en la escuela se basa en la respuesta que la sociedad da a la pregunta sobre qué es el éxito. El porcentaje del fracaso es muy preocupante y a menudo las causas del fracaso escolar se van a buscar fuera de la escuela, donde son muchos más los individuos que hablan de derechos que los que hablan de deberes, más los que son hedonistas que los partidarios de la responsabilidad y del esfuerzo, tal y como ha hecho patente el sociólogo Javier Elzo en sus análisis de las tipologías de los valores entre los jóvenes.
La consejera Rigau repasó numerosos tópicos y denunció el secuestro de conceptos capitales que forman parte del núcleo central de la educación real, la que establece un equilibrio entre el punto de partida y el punto de llegada de los alumnos. Así, la capacidad de estimular y espolear la creatividad no puede estar reñida con el gusto por el trabajo bien hecho, sin faltas de ortografía; la escuela igualitaria debe conjugarse con la escuela meritocrática; la autoridad de la escuela y la de la familia, en la forma que sea, deben sumar, y la conclusión inatacable es que la escuela es un modelo de conducta, tanto si se quiere como si no.
Más allá de la justificación razonada de los recortes derivados de la crisis, el principal compromiso de la consejera fue la reducción de los niveles de fracaso escolar en ocho años. Y con este objetivo hay que entender todos los cambios normativos y organizativos y al mismo tiempo todos los impulsos estratégicos que forman parte del ADN de la escuela. "El ADN de la escuela es repensar todo lo que hemos ido haciendo, y toca repensarlo todo porque ya todo es diferente".
A continuación se abrió un constante turno de preguntas de los asistentes, que demostró el interés que las reflexiones de la consejera Rigau habían suscitado. El tiempo transcurrió como una exhalación y el cronómetro puso fin al acto, que continuó con una conversación y una copa de cava a la salida.
1Tony Judt. Algo va mal. Madrid: Taurus, 2010.