Saltar al contenido

Estudios

Entrevista a tres integrantes del equipo de Genesis Biomed, para conocer su visión del presente y futuro del sector biotecnológico

14 octubre 2019

“El sector biotech en Cataluña es un sector muy maduro, con todos los elementos necesarios para hacer avanzar el ecosistema. Pero deberíamos tener muchas más iniciativas emprendedoras, sobre todo con un mejor reconocimiento a los investigadores y contando con más apoyo de la administración”

 

Equipo de Genesis Biomed
De izq. a dra., Carles Taulé, Josep Ll. Falcó y Natalia de la Figuera.

Entrevista a tres integrantes del equipo de Genesis Biomed, para conocer su visión del presente y futuro del sector biotecnológico:

Josep Ll. Falcó. Dr. Ingeniero Químico IQS. Fundador, socio y CEO de Genesis Biomed.

Natalia de la Figuera. Dra. Química. Jefe de Operaciones y socia de GB.

Carles Taulé. Máster en Gestión de compañías biomédicas y Consultor de GB.

¿Qué se necesita actualmente para ser emprendedor en el sector biotech?

CT. Lo primero, tener muchas ganas de hacerlo, porque no es un viaje nada fácil. Y sobre todo, humildad y ser capaces de dejarse aconsejar,  al ser un proceso que requiere mucha experiencia que de entrada no se tiene, haciendo el esfuerzo de recopilar los conocimientos adquiridos para, en el futuro, llevar adelante el proyecto ellos solos.

NdlF. Sobre todo, los emprendedores de las áreas médicas necesitan mucho apoyo, que es lo que nosotros ofrecemos y damos. Son muchas veces excelentes investigadores, pero con poca visión de negocio. Desde Genesis Biomed (GB) les ayudamos a potenciar estos conocimientos científicos que tienen con conocimientos de negocio, y poder constituir una empresa que lleve su idea y su producto al mercado. Les ayudamos en todo este proceso de creación de la empresa, desarrollo del plan de negocio, análisis de mercado, etc. La gente joven ya empieza a estar más formada, pero queda mucho por hacer.

¿Qué otros servicios diferenciales de consultoría ofrece Genesis Biomed a las empresas del sector?

JLF. En mayo del 2017, creamos Genesis Biomed, una consultora orientada al fomento del emprendimiento. Nuestros puntos diferenciales son diversos. Considerando que el 65% del sector biomédico español está en Cataluña, no hay empresas a nivel nacional que ofrezcan los servicios de GB, las habrá en un futuro, pero no ahora. GB ha crecido muy rápido en poco tiempo, por tanto hay demanda de nuestro tipo de servicios, destinados a actividades de negocio, a levantar financiación o a proporcionar un CEO de forma temporal, mientras el investigador acaba de desarrollar su producto.

Tenemos un equipo muy especializado en biomedicina, los nueve integrantes procedemos del sector de ciencias de la vida y con perfiles muy diferentes y transversales. Tenemos oficina en Barcelona y pronto abriremos otra en Madrid.

A parte de las actividades de consultoría, tenemos también un vehículo de inversión propio, Genesis Ventures, que es el que ahora estamos utilizando con Aortyx, una de las spìn-offs de IQS.

Si juntamos todo lo que hemos comentado, nos da un perfil único como empresa consultora orientada a empresas pequeñas, grupos de investigación y proyectos que proceden del área de la investigación.

Finalmente, querría destacar que somos miembros y socios de la EIT Health, que nos ofrece la posibilidad de colaborar en diversos proyectos de investigación europeos, junto con los otros 140 socios de diferentes países.

Y ya que hablamos de fomento del emprendimiento, ¿cuál es el perfil de inversión que ofrecéis desde Genesis Ventures?

NdlF. Genesis Ventures nace como un fondo de inversión pequeño, para tratar de ayudar a las pequeñas empresas biotech en sus inicios y hacer la “ronda semilla”, donde puede ser que la empresa no esté ni siquiera constituida. Con cantidades comprendidas entre 25.000 y 100.000 euros, se hace una valoración de la biotech y se decide invertir con la cantidad correspondiente. Esto les permite constituir la empresa, en caso que no lo esté ya, y hacer más pruebas de concepto que ayuden a valorizar el producto y darle solidez. A partir de aquí, podrán buscar rondas de inversión mayores para hacer estudios clínicos y partes de desarrollo de negocio que son mucho más caras.

Nosotros les ayudamos en el primer empujón, porque el inicio es siempre muy difícil y realmente hay pocos fondos de inversión que hagan esto.

Actualmente, tenemos once empresas invertidas.

¿Y consideráis un éxito estas once start-ups biomédicas conseguidas?

NdlF. Para nosotros es claramente un éxito, y creemos que también lo es para el propio sector. Lo cierto es que nos enriquecemos todos, a nivel de creación de empresa y del ecosistema también. ¡Ojalá en el futuro pudiéramos ayudar a muchas más!

Un tema más general. ¿Cuál es vuestra visión del sector biotech en Cataluña?

JLF. El inicio del sector biomédico de Cataluña fue hacia el 1999-2000, y ahora, 20 años más tarde, es un sector muy maduro, con casos de empresas que ya han pasado por todas las fases del ciclo de vida: han completado inversiones muy grandes, han llegado a su máximo punto de valor y han sido adquiridas. Pero aún nos faltan más empresas como éstas, aunque ya tenemos en cantera algunas muy exitosas en el sector.

Pero para que el sistema funcione, necesitamos actores que hagan que sea posible, stakeholders como hospitales, centros de investigación, universidades e investigadores, emprendedores, inversores (pequeños, como nosotros, o grandes inversores de capital riesgo) y, finalmente, compañías farmacéuticas o de dispositivos médicos que hagan llegar el producto a la sociedad. Y todo esto lo tenemos en el sector biotech de Cataluña.

Creemos que los indicadores ‘kpi’de Cataluña están muy por delante del resto del estado español, porque aquí hemos tenido iniciativas muy pioneras en el estado.

A nivel nacional, un muy buen indicador es que estamos teniendo mucha entrada de inversión internacional en las empresas de nuestro país. Con el referente mundial, a nuestro clúster le faltan más rondas de inversión, o inversiones más grandes, más escenarios de salida, etc. Pero iremos consolidando el sector en los próximos diez años.

Finalmente, destacaría que en Cataluña tenemos un sentimiento muy arraigado de pertenencia a un clúster. Entidades como Biocat y CataloniaBio se han encargado de reforzar este sentimiento, y somos un caso de éxito en este aspecto y referente en el conjunto del estado.

¿Consideráis que hay suficientes proyectos para satisfacer la demanda de mercado?

CT. Siempre estaría bien que tuviéramos aún más. Sí que surgen muchas iniciativas y proyectos muy incipientes, el problema es conseguir transformar un proyecto de investigación y con muy buena ciencia detrás en un proyecto empresarial… faltan actores que sean capaces de salvar este gap que, de momento, está costando mucho. De aquí surgen los soportes de Genesis Biomed y Genesis Ventures. Como ya hemos comentado, una figura capaz de transformar el proyecto científico en empresarial.

En los siguientes pasos, está todo mucho más consolidado, con capitales, iniciativas y ayudas públicas, etc. Pero para dinamizar el ecosistema que se está creando, y garantizar su funcionamiento, se debe potenciar y mucho la transferencia tecnológica, donde la mayoría de universidades están trabajando de valiente y funcionando muy bien.

NdlF. Referente a las oficinas de transferencia, me gustaría añadir que, dado que la mayoría de ideas proceden de hospitales o centros de investigación, a veces les falta un poco de ayuda y apoyo desde las administraciones. Los investigadores necesitan cierto tiempo para dedicárselo a la empresa como tal, ya que es un trabajo titánico y un proceso muy largo. Y muchos se desaniman, no se quieren complicar la vida… Falta apoyo público y reconocimiento al investigador, a nivel de méritos.

JLF. ¡Este punto es muy importante! A un investigador en España no se le valora por el número de spin-offs que ha creado, ni por el número de patentes que tiene… Sólo se valoran el número de artículos publicados. Y la otra barrera que hay en este  país es la Ley de la Ciencia: un investigador funcionario no puede tener más del 10% de las acciones de su empresa, ni puede tener un cargo ni puesto en el Consejo de Administración de la misma. ¡Y todo esto representa tantas dificultades que el investigador debe tener realmente mucha vocación para conseguir la energía para realizar al salto a emprendedor! Porque se lo ponen muy difícil, tanto en el marco legal como en el económico, con muy pocos instrumentos a nivel nacional o regional.

Y esto provoca que las iniciativas vayan a buscar financiación fuera, a Europa… pero sigue siendo muy difícil, por la gran competencia existente. Ahora en GB teneos 8 proyectos internacionales, dentro del EIT Health, y dos de H2020, vinculados a proyectos muy buenos.

El investigador en España lo tiene muy complicado y deberán pasar algunos años para cambiar esta dinámica. Y, a pesar de todo, ¡el sector va adelante!

Tanto en el territorio español como a nivel internacional, ¿creéis que las empresas biotech están adecuadamente valoradas?

CT. Es totalmente cierto que en EEUU se está creando una burbuja con las start-ups ,en general, no solo en el sector salud, y esto está haciendo que los inversores vengan a Europa, donde su valoración es más real y no está tan hinchada. Sí que es posible que alguna empresa, sin tanta ciencia de soporte, pueda pedir, delante de ciertos organismos, valoraciones más altas que las que hubieran aceptado análisis más rigurosos. Al final, una empresa que llegue más allá acaba teniendo una valoración correcta y más adecuada… y a  nivel español considero que son bastante bajas.

Los grandes clústeres que atraen tanto talento, como UK, con mucha competencia, sí que incrementan los valores.

Pero, al final, hemos de considerar que este valor de las empresas hace que el ecosistema vaya adelante. Sin este valor, la ciencia nunca llegaría al mercado.