“La industria farmacéutica tiene muy claro que tiene que buscar innovación en las start-ups … y si recibe un proyecto con una estructura bien definida y que encaja en su estrategia, se crea una muy buena oportunidad”
Mª Isabel Berges Fundadora y Chief Financial Officer de Spherium Biomed S.L. y Vicepresidenta de CataloniaBio & Health Tech. |
1. Como fundadora y CFO de la empresa Spherium Bioned, háblenos de cómo surge la idea de crear esta empresa, y de cómo se desarrolló y llevó al mercado.
Spherium Biomedes un Venture Builder. Cogemos productos en una fase muy inicial, hacemos un desarrollo hasta conseguir un concepto de producto ya uy definido – en términos de regulatoria, patentabilidad, estrategia de mercado, etc.- y lo hacemos atractivo y vendible para la industria.
La idea surge de la experiencia de dos de los fundadores, Luis Ruiz y yo misma. Yo, hacía siete años que estaba en la UB haciendo trasferencia de tecnología, y siempre encontraba a faltar datos, los proyectos se quedaban cortos para llegar a ser licenciados por las empresas. Luis estaba en Advanced Cell, una start-up de la UB, y se daba cuenta de las oportunidades que surgían de la investigación académica. Pensamos en crear una empresa que hiciera esta tarea: coger tecnologías académicas, hacer una cierta maduración añadiendo datos disponibles y acelerar la licencia con otros partners. Ramón Bosser, el tercer fundador, procedía de la industria y se sumó también al proyecto. Hubo muy buen entendimiento entre los tres y en seguida tuvimos constituida la empresa: en tres meses, empezábamos a operar, fue una puesta en marcha muy rápida. En marzo del 2019, cumplirá 10 años.
Es verdad que hemos ido trabajando el concepto. Al principio, pensábamos que “esto era muy fácil”, pero nos hemos ido dado cuenta que los proyectos se tienen que trabajar muy amplia y profundamente, para hacerlos atractivos y poder encontrar partners. Con algunos de los proyectos que tenemos, hemos llegado a hacer ensayos clínicos…. Por ejemplo, tenemos un proyecto en el que hemos desarrollado una formulación en gel oral para el tratamiento de la mucositis oral, relacionada con tratamientos de quimio y radioterapia, y en junio presentamos el resultado del ensayo clínico en fase IIa en la American Society of Clinical Oncology.
Pero todo esto forma parte de la maduración de la empresa, adecuando la idea inicial al mercado real. Porque la industria farmacéutica tiene muy claro que tiene que buscar innovación en las start-ups … y si reciben un proyecto con una estructura bien definida y que encaja en su estrategia, se crea una muy buena oportunidad.
2. ¿Qué habilidades personales se necesitan para llevar a cabo un proyecto de esta magnitud?
Lo primero que se necesita es mucha flexibilidad y ser capaces de asumir un poco de riesgo: se trata de un ‘vuelo muy a ras de suelo’ y nos tenemos que quitar un poco del rigor intelectual y no buscar tener el control total.
Considero también muy positivo tener experiencia en la industria, aunque parezca una paradoja. A veces, se ven jóvenes con proyectos muy interesantes pero que sin experiencia costarán de llevar a cabo… y tendrán que conseguir alguien con más experiencia que se sume. Y aquí, el emprendedor deberá saber ceder parte del proyecto, que a veces cuesta, y este entendimiento no siempre es fácil.
Cuando hablo con jóvenes emprendedores, siempre les recomiendo que trabajen un par de años en la industria, para tener algunas nociones de cómo funciona una empresa, e incluso poder delimitar el perfil del cliente potencial… Cuesta mucho completar equipos, y el equipo es un ingrediente fundamental. Nosotros somos tres, que es un número muy bueno para poder hacer ‘alianzas’ variables, nos da mucho juego. En nuestro caso, Ramón venía de la industria con mucho conocimiento en el mundo del desarrollo, Luis es un gran creador de proyectos y yo me encargo de las tareas de negocio. Este trio de visiones nos ayuda mucho a considerar todos los flancos del proyecto.
3. ¿A qué retos y dificultades se enfrenta actualmente una star-up? ¿Algún consejo para los emprendedores?
El primer problema históricamente ha sido la financiación. En Spherium hemos tenido desde el principio socios que nos han apoyado mucho: inicialmente fueron Ferrer, Catalunya Caixa y Enantia. Los dos últimos salieron y se quedó Ferrer, que ha hecho grandes inversiones. Sin esto, todo lo que estamos diciendo es inviable.
Actualmente, la financiación está mejorando mucho, desde la existencia de más inversores en Cataluña, que facilitan que se puedan presentar los proyectos a interlocutores más especializados, hasta la existencia de plataformas más informales de crowdfunding, que amplían el conocimiento del sector… aun habiendo más oportunidades, sigue siendo la ‘agonía’ de todos los emprendedores. Muchas veces, su obsesión es la valoración y, en mi opinión, el objetivo debe ser la viabilidad del proyecto, que el inversor que entre sea aquel que tenga la capacidad de acompañarlos más lejos, como ha sido nuestro caso con Ferrer, con un compromiso real a largo plazo y que nos ha permitido hacer ensayos y dotarnos de recursos para avanzar.
Otra dificultad es lo que ya hemos comentado sobre el equipo. Un elevado porcentaje de las start-ups no llegan a ninguna parte por discusiones del equipo. No hay que buscar compañeros con perfiles muy similares a uno mismo, siempre que sea posible, se deberían buscar equipos multidisciplinares y con visiones complementarias. Y ser muy generosos y flexibles…
Y a partir de tener dinero y equipo, ¡a correr tanto como se pueda!, para lanzar el proyecto y llegar al mercado cuanto antes mejor. Y, sobretodo, orientarse bien a un mercado. Un problema que tienen a veces los emprendedores científicos es que están demasiado centrados en el modelo científico y hacen pruebas y más pruebas… ¡orientarse al mercado cuanto antes mejor! Sería mi consejo.
4. Su formación como Ingeniera Química se llevó a cabo en IQS. ¿Cómo se pasa de una formación química a desarrollarse profesionalmente en el mundo biomed?
Cuando salí de IQS como Ingeniera Química y Orgánica, entré en la industria farmacéutica … y descubrí el mundo del escalado, de los desarrollos clínicos, de las GMPs … y me gustaba eso de hacer ‘en grande’ operaciones habituales en los laboratorios. Me resultaba emocionante descargar un reactor en el que habíamos hecho 80 Kg de un producto intermedio… era como decir ‘esto de la Química era verdad, ahora ya me lo creo’. ¡Y con controles de cromatografía por capa fina, que el HPLC era un lujo!
Empecé a hacer el doctorado en química computacional, pero me entró el gusanillo del mundo del Management, y fui a hacer un MBA a IESE. Me empezó a interesar ‘eso de la Dirección’, incluso trabajé dos años en La Caixa, cosa que no me satisfació en absoluto porque eché de menos y mucho el background científico.
En el 2001, a través de la Fundación Bosch y Gimpera, conseguí la oportunidad de trabajar en transferencia de tecnología en la UB. El primer proyecto que llevé a cabo fue un estudio de como surgían las spin-off de las universidades norteamericanas. Fruto de este estudio, hicimos una normativa dentro de la UB, que fue pionera y después se compartió con muchas universidades de España. Durante 7 años, estuve en la UB asesorando a emprendedores, haciendo licencias y planes de empresa … más de 50 proyectos con emprendedores científicos de toda clase y condición. Pero llegó un punto en que me di cuenta que necesitaba hacer más y me surgió la oportunidad de crear Spherium, que tiene toda la parte de ‘business development’ y licencias como eje central. ¡Y aquí estamos!
5. ¿Cree que la formación en IQS favorece un salto del campo científico puro a la gestión, como ha sido su caso? ¿Qué destacaría de IQS y de sus valores formando persones y profesionales?
Yo no lo definiría estrictamente así… visto en la distancia, claro, porque ahora ha cambiado todo mucho. Creo que la formación en IQS tiene dos o tres aspectos que a mí me gustan mucho, al menos del programa que yo hice. A mí me gustaba y me gusta mucho tanto el rigor matemático como el rigor científico que nos trasmitían, ya que te obligan a estructurar el pensamiento de una forma muy concreta. Así como la diversidad de conceptos que nos enseñaban y aun enseñan… aquella transversalidad de temas y todos vistos con metodología: desde la química orgánica hasta la electrónica, pasando por la química física. En segundo lugar, destacaría la cantidad de horas de laboratorio que hacíamos… que ayudaban a ‘crear y construir’… y finalmente el Trabajo de Final de Carrera (TFC)… Todos son elementos que necesita un buen gestor, con el rigor mental que ya hemos comentado. Lo más importante de un manager es analizar la situación y ser capaz de tomar decisiones con agilidad.
En mi caso, aunque inicialmente quería dedicarme a la investigación, el paso a la gestión fue muy natural. Método y criterio. Pienso que la formación de base sí me ayudó y mucho.
6. Usted es la Vicepresidenta en la nueva junta de Catalonia Bio.¿Cuál es el eatdo actual de la industria biotech en Cataluña?
Mejor hablar primero del estado de la Asociación, que creo que es muy prometedor. No agradeceremos nunca suficiente el trabajo hecho por Ignasi Biosca y la Junta anterior, que recondujo Catalonia Bio, la reanimaron, le dieron sentido, hicieron la fusión con HealthTech y le dieron un carácter participativo y de colaboración… Actualmente, es una asociación muy transversal donde participan desde microempresas a grandes empresas, que tienen que estar porque son las que tiran de todo. El estado actual, por tanto, es muy prometedor y el reto para la nueva Junta, presidida por Jaume Amat, es mantener este nivel de actividad, de participación y de colaboración y, si puede ser, en un futuro, proyectarla hacia afuera. Las líneas maestras actuales son el emprendimiento, la innovación y la colaboración en red. Tenemos que conseguir mantener el dinamismo y proyectarla hacia otros sectores y hacia la opinión pública, para que todo el mundo sepa el valor que esta asociación supone para el país.
Además, creo que, ahora, el momento de la industria es muy prometedor: empiezan a haber más inversores en Cataluña, se han cerrado operaciones y proyectos importantes, algunos muy avanzados, hay empresas que están entrando en Bolsa y con buenas valoraciones. Es un momento de oportunidades y consolidación en los próximos años.
Hay, sin embargo, dos riesgos fundamentales: el primero, que el país pierda competitividad en investigación básica. Tenemos que ser muy conscientes que no tendremos prestigio como industria y como país si nuestra investigación básica no lo tiene. Ahora mismo, la investigación pública tiene muchos problemas, desde la perspectiva de todo el territorio español, y es un punto muy grave. Tenemos que mejorar, o realmente estaremos comprometiendo seriamente nuestra competitividad.
El segundo problema que veo muy grave es una imagen social de la industria negativa, como lo que ha pasado con las farmacéuticas, y el no ser conscientes que son las que lideran el desarrollo y la riqueza. Si no tenemos una industria reforzada y de prestigio, estamos enviando nuestros profesionales fuera, y, como país, acabaremos teniendo un grave problema.
7. ¿Cómo evaluaría la cooperación actual Industria-Universidad en Investigación?
Universidad e Industria deben ir de la mano y remar a la vez. Hay muchos ejes de esta cooperación, pero solemos mirar solo uno. La primera línea de cooperación es que los graduados y masters acaben en la industria, y es fundamental.
El siguiente seria que la Industria pueda buscar en la Universidad asesoramiento puntero, tanto científico como tecnológico. Spherium colabora muchísimo con diversas universidades, tanto nacionales como europeas. Si puedo poner un ‘pero’, me gustaría un punto más de espíritu comercial, tan fácil como acabar con un buen informe de cierre. Pero estamos mejorando mucho, hay muchos casos en los que trabajamos con universidades como si se tratase de una CRO.
En tercer lugar, la creación de spin-offs que ha sido una auténtica explosión en los últimos años y que hace que estemos en el camino de ser muy competitivos frente a otras biorregiones de Europa.
Valoro muy positivamente la actual colaboración Universidad-Empresa y creo que puede seguir siendo muy buena. Desde la ‘Empresa’ tenemos que reivindicar la investigación básica y, desde la ‘Investigación básica’, ver la industria como un aliado para desarrollar las aplicaciones prácticas del conocimiento.