Jorge Mario Bergoglio se diplomó como técnico químico, y en 1957, a los 21 años, decidió hacerse jesuita. Fue el Provincial de los jesuitas de Argentina, de 1973 a 1979. Años más tarde sería ordenado obispo, sería arzobispo de Buenos Aires, cardenal, y hace poco ha sido elegido Papa, de nombre Francisco, el primer Papa no europeo desde el siglo VIII. Más concretamente, es el primer Papa del continente americano, el primer castellanohablante y el primer jesuita. Pero él prefiere referirse a sí mismo, con su estilo sencillo, como "obispo de Roma".
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Toda la comunidad IQS -alumnos, profesores, colaboradores y muy especialmente la comunidad de jesuitas que tiene su residencia en IQS-, por tener un papa que estudió química, se llenó de alegría el 13 de marzo pasado con la elección del nuevo Papa en la persona de Jorge Mario Bergoglio, jesuita, que adoptó el nombre de Francisco. Nació en la localidad de Flores, dentro del Gran Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936. Era el más pequeño de cinco hermanos, de una familia piamontesa emigrada a Argentina en 1928.
La nuestra ha sido una alegría multiplicada, si cabe, porque resulta que el joven Bergoglio se diplomó como técnico químico y llegó a trabajar en unos laboratorios. En 1957, a los 21 años, eligió el camino del sacerdocio y entró en el seminario diocesano de Villa Devoto. El 11 de marzo de 1958 entró en el noviciado de la Compañía de Jesús y completó sus estudios humanísticos en Santiago de Chile. En 1963 regresó a Argentina para graduarse en filosofía en el Colegio de San José en San Miguel. Entre 1964 y 1965 fue profesor de literatura y psicología en el Colegio de la Inmaculada en Santa Fe y en 1966 enseñó las mismas materias en el Colegio de San Salvador en Buenos Aires. De 1967 a 1970 estudió teología y se graduó en Filosofía y en Teología en el Colegio de San José en San Miguel.
El 13 de diciembre de 1969 fue ordenado sacerdote. Estudió a continuación en Alcalá de Henares en 1970 y 1971 y vuelve a Argentina. En 1973 es nombrado Provincial de los jesuitas de Argentina, cargo que ejerce hasta 1979, en que vuelve al mundo universitario. En 1986 se traslada a Alemania para terminar su tesis doctoral. El arzobispo de Buenos Aires Antonio Quarracino lo llama a su lado y en 1992 Juan Pablo II lo nombra obispo de Auca y auxiliar de Buenos Aires. Tras la muerte de Quarracino, le sucede en el cargo. De obispo a arzobispo, de arzobispo a cardenal, sigue fiel a su comportamiento sobrio y su estilo de vida austero. Su figura se hace grande en toda América. Y salta el océano cuando debe sustituir por causa mayor al cardenal arzobispo de Nueva York, Edward Michael Egan, relator general de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos, que no se puede desplazarse a Roma a raíz del ataque a las torres gemelas del once de septiembre de 2001. [+info]
Ignacio de Loyola, Montserrat, la cueva de Manresa:
la iglesia del país y el magis ignaciano al servicio del Evangelio
"El papa Francisco da un aire nuevo, un frescor a la Iglesia", declaraba hace poco el cardenal arzobispo de Barcelona, ??Lluís Martínez Sistach, justo después de participar en el cónclave. Figura clave en la venida del Papa Benedicto XVI a Barcelona para dedicar la basílica de la Sagrada Familia, obra del genial Antoni Gaudí, arquitecto y santo en camino. Por dichos servicios al país estos días acaba de recibir la Medalla d’Or de la Generalitat de Catalunya.
El P. Lluís Magriñà, SJ, provincial de los Jesuitas de Cataluña, puntualizaba que el espíritu ignaciano tiene en Cataluña, en Montserrat y, en concreto, en la Cueva de Manresa un nexo evidente y entrañable: "Los jesuitas tenemos a San Francisco de Asís en nuestras raíces. Recordemos que en Montserrat Ignacio se viste de tela de saco y hace una vela delante de Santa María, un acto inspirado en la vida del santo de Asís". Y el P. Enric Puig, SJ, presidente de la Fundación IQS, ha recordado que "al gesto del Santo Padre emérito Benedicto XVI, se añadieron unos días después las palabras y los hechos del nuevo obispo de Roma y pastor de la Iglesia universal, el papa Francisco, que quiere estar cerca de los pobres, de los necesitados, y que invita al testimonio de la vida y al compromiso activo. Los dos santos padres han abierto un horizonte de esperanza a la Iglesia para que sea más universal y testimonio confesado y vivido del amor de Dios a la humanidad".
"El nuevo Papa es el número 266 en la lista de sucesores de Pedro. Como toda larga lista puede sonar a retahíla, pura continuidad. Pero no es así -nos dice el historiador P. Nazario González, SJ, que actualmente es el superior de la comunidad de jesuitas IQS, y que como buen historiador nos marca el contexto-. En la elección de Francisco late una novedad implícita aunque con augurios de cumplimiento efectivo, la duración limitada de su mandato transmitida por su antecesor. Ello le implica actuar sin prisa pero con prontitud, sin unos remedios intermedios que serían más justificables en un pontificado con final sine die."
La figura del nuevo Papa recibía un elogio muy significativo del controvertido teólogo suizo Hans Küng, cuando afirmaba categóricamente que el solo hecho de llamarse Francisco en honor de San Francisco de Asís ya es un programa en sí mismo: no de dominación ni de poder, sino de servicio a todos, desde los más pobres; de simplicidad y de modestia, que recuerda aJuan XXIII, que lleva la esperanza, que evita la pompa; y a ello hay que añadir que es jesuita, con una educación de alto nivel, con un profundo sentido de la espiritualidad de San Ignacio de Loyola, una espiritualidad que, centrada en el discernimiento, se renueva constantemente con el transcurso de la historia, una espiritualidad al servicio de la persona humana que busca en libertad. Todo ello supone una buena señal para la Iglesia, que ya no es eurocentrista sino universal: el Papa Francisco es un hombre que quiere salir de la curia, con coraje para formar un equipo experimentado, que quiere tomar distancias del poder financiero, y que quiere tener coraje para abrir un diálogo panecuménico y con toda la humanidad frente a los graves desafíos de nuestro tiempo.
Por eso es bueno recordar que, tras la vela de 1522, Ignacio de Loyola (1491-1556) se retira a la Cueva de Manresa, en la gruta en que tiene la famosa Visión del Cardoner (en realidad, Cardener) que le impulsa a escribir los Ejercicios Espirituales, lugar de peregrinaje donde todavía hoy se actualiza aquella experiencia única para todo aquel que se acerca a ella, sea desde las creencias que sean, tal como nos explica el P. Xavier Melloni, SJ, un teólogo y antropólogo, experto en diálogo interreligioso: "El punto de referencia es el Evangelio. Nosotros no buscamos el poder, sino el Evangelio".
Por todas partes se adivina un giro radical. "Hacer frente a los problemas graves en los que se ve involucrada hoy la Iglesia: así se piden al nuevo Papa que actúe -añade el P. Nazario González, SJ-. Afortunadamente ya se nos ha mostrado como una persona que decide, con gestos rompedores, como el de presentarse por vez primera con una simple sotana blanca, sin la esclavina recamada de adornos a las que estábamos habituados con Papas anteriores. O con formulaciones tan resueltas como la de que la Iglesia con su reconocida obra social no es una ONG más; si Jesucristo no está en su médula no es nuestra. Por cierto, hoy que nos gustan tanto las estadísticas: los 265 Papas divididos entre 2012 años nos vienen a dar a unos 7 años por pontificado… pero mejor, los que su prudencia aconseje".
P. Josep M. Benítez, SJ: "Según el Papa Francisco, la custodia de la Iglesia tiene que ir a favor de la realidad, de la naturaleza, de la gente y de los más pobres, a favor de la paz y de la reconciliación universal… dentro de la relación histórica y teológica del cristianismo con la tradición judía."
Según el P. Josep M. Benítez, SJ, historiador, profesor emérito de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, «la fiesta de san José de 2013 perdurará memorable» por la homilía casi parroquial del papa Francisco, que perfila su denso programa de actuación evangélica. Y nos da su resumen. «Idea central: San José custodio de Jesús y María, con la misión de cuidar de ellos. Y por lo tanto modelo de una vocación universal de custodiar que "no afecta solo a los cristianos" porque "tiene una dimensión [antecedente …] que es simplemente humana, que corresponde a todos». [Leer el documento completo]
Esta custodia de la Iglesia tiene que ir a favor de la realidad, a favor de todo lo creado (para evitar la politizada ecología), de la gente y de los más pobres, de la familia, de la vida, de la amistad y "de nosotros mismos" como un estímulo a favor de la bondad y de la ternura. A favor de la paz y de la reconciliación universal.
Tal como concluye su parlamento el P. Benítez: «El último párrafo de la homilía resultó una breve recapitulación partiendo de la segunda lectura. San Pablo habló de Abraham, quien "apoyado en la esperanza creyó contra toda esperanza". Interpreto que, sin explicitarlo, el papa Francisco deseó poner en una tesitura muy alta la relación histórica y teológica del cristianismo con la tradición judía. Hay que hacer notar que a escucharlo no solo estaba presente el "rabino" de Roma, sino otros grandes jefes del judaísmo internacional. Sin duda, una importante sutileza panecuménica; una temática sin embargo, muy actual. Y a menudo sangrante. El papa Francisco, opino, la dejó apuntada. Coronó su homilía con una petición a todos los hombres de buena voluntad: "Rogad por mí. Amén". Quien tenga oídos que entienda.»
No quisiéramos cerrar esta bienvenida al nuevo Papa sin recordar la emotiva visita del P. Adolfo Nicolás al nuevo Papa Francisco I pocos días después de su elección. "Respondiendo a una invitación personal del Papa Francisco, a las 5.30 de la tarde he estado en la Casa de Santa Marta, donde han vivido los cardenales que asistían al cónclave. El mismo Papa estaba en la puerta y me recibió con el abrazo con que nos solemos saludar los jesuitas. A petición suya nos hicimos algunas fotografías, y ante mis disculpas porque no me ajustaba al protocolo, insistió en que le tratara como a cualquier otro jesuita, llamándole de tu, de modo que no tuve que estar pendiente de darle el tratamiento de Santidad o Santo Padre ". [+info]
Sobre IQS
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IQS, miembro fundador de la Universitat Ramon Llull, ha ido evolucionando desde sus orígenes focalizados en la Química a su configuración actual: dos escuelas universitarias IQS School of Engineering e IQS School of Management; una sociedad IQS PEINUSA a través de la que realiza investigación, innovación y transferencia de tecnología para las industrias y empresas; y una división IQS Executive Education que ofrece formación especializada a los profesionales y a las empresas. Todo ello apoyados por un importante grupo de empresas a través de la Fundación Empresas IQS.
La formación integral de personas con actitudes, conocimientos y habilidades que les capaciten e impulsen hacia su desarrollo personal y profesional forma parte de la misión de IQS. Para ello, proporciona a sus estudiantes experiencias que permiten desarrollar sus habilidades en la comunicación oral y escrita, el trabajo en equipo, el pensamiento crítico, la resolución de problemas y el uso de herramientas de ingeniería, científicas y del área empresarial. Por su tradición científica IQS ofrece estudios de Grado, Máster y Doctorado en el área de la Química e Ingeniería Química, Ingeniería Industrial, Biotecnología y Bioingeniería a través de IQS School of Engineering y en el área de Administración de Empresas a través de IQS School of Management.