Lo que más te gusta de tu trabajo…
La posibilidad de alimentar continuamente mi vocación intelectual. Y la relación con los alumnos, que nos obliga a mantener constantemente un pie en tierra.
¿A qué te gustaría dedicar más tiempo?
A la música. He tocado muchos años la trompeta (y el piano) en grupos de jazz y músicas diversas. Pero la paternidad, la pandemia y el doctorado lo pararon todo. Me gustaría recuperar estos espacios.
¿De qué te sientes más orgulloso?
Del camino recorrido hasta aquí, a nivel laboral, intelectual y de compromiso social. De la gente increíble que he podido conocer y todo lo que he aprendido de ellos. Me siento viviendo a caballo de diferentes mundos, y estas conexiones establecidos me hacen vibrar.
El valor que más aprecias en las personas…
La humildad y la generosidad
Un lugar para perderte….
Los últimos años he disfrutado mucho con la familia de Ogassa, un rincón sobre Sant Joan de les Abadesses, al pie del Taga, una montaña llena de misticismo. Y si me dejáis decir un segundo lugar, diría Almería, donde durante varios años organizamos campos de trabajo con mi mujer: es una realidad de contrastes vivísimos.
Un sueño para cumplir….
Es bien sencillo: tener más tiempo de calidad para poder dedicarlo a mi familia, a mis lecturas y a los demás. Vamos saturados y acelerados. El sueño es bajar el ritmo.
¿Qué te queda por aprender?
Haber estudiado matemáticas y filosofía me ha enseñado que las verdades fundamentales son muy pocas, y que si alguna cosa sabemos es que casi todo está por aprender. Con el tiempo, también entiendes que el aprendizaje más valioso es lo que te da la vida si tienes las herramientas y el tiempo para ir examinando detenidamente todo aquello que pasa. Lo importante es crecer en sabiduría y en vínculos auténticos con los otros.