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Estudios

Charles L. Cooney, Faculty Director del Deshpande Center for Technological Innovation del MIT, Doctor Honoris Causa por la Universidad Ramon Llull a petición de IQS School of Engineering

21 enero 2016

Ayer tuvo lugar en IQS el acto de investidura de Doctor Honoris Causa por la Universidad Ramon Llull, a propuesta de IQS School of Engineering, al Dr. Charles L. Cooney, profesor de Ingeniería Química y Bioquímica y Faculty Director del Deshpande Center for Technological Innovation del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston (EEUU). Le apadrinó el Dr. Enric Julià, director general IQS.

De izquierda a derecha: Charles L. Cooney, Enric Julià, Josep M. Garrell y Esther Giménez-Salinas
Charles L. Cooney después de la investidura
Momento durante la intervención del Dr. Enric Julià, director general IQS

Ayer tuvo lugar en IQS el acto de investidura de Doctor Honoris Causa por la Universidad Ramon Llull, a propuesta de IQS School of Engineering, al Dr. Charles L. Cooney, profesor de Ingeniería Química y Bioquímica y Faculty Director del Deshpande Center for Technological Innovation del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston (EEUU). Le apadrinó el Dr. Enric Julià, director general IQS, que explicó la estrecha colaboración que mantiene IQS con el MIT desde 1992 y que ha llevado al MIT más de 80 estudiantes de IQS. Charles L. Cooney es la persona que dirige la implantación de centros universitarios como el MIT en todo el mundo, como Singapur y actualmente el Skolkovo Technology Institute cerca de Moscú, una inversión rusa de 1.500 millones de dólares.

El evento se inició con la lectura, a cargo del Dr. Josep M. Garrell, vicerrector de Política Universitaria y secretario general de la URL, del acta de nombramiento de la Junta de Gobierno en que, a propuesta de IQS, se tomó el acuerdo de conceder el grado de Doctor Honoris Causa al Dr. Charles L. Cooney.

El Dr. Enric Julià, director general IQS, comentó que, precisamente, IQS «ha tenido y tiene como modelo de desarrollo al MIT, un centro especializado en tecnología aplicada al mundo empresarial, en el que se conjuga la docencia de calidad y la investigación en la frontera del conocimiento». Y es que «más de 80 alumnos de IQS han realizado estancias de un año en el MIT, en diferentes laboratorios del área tecnológica y científica, cinco de ellos han sido becados por el mismo MIT para hacer el doctorado en esta prestigiosa institución, y dos de ellos se han quedado trabajando en Boston, en el MIT «, informó Julià con satisfacción.

El director general de IQS glosó los méritos del homenajeado a través de testimonios de personas muy cercanas a él: desde su mujer, hijo y secretaria hasta sus ex alumnos y doctorandos. Habló de un personaje polifacético ya que, más allá de su actividad como profesor, por ejemplo, es miembro del Board del Boston Ballet o consejero de la Orquesta Sinfónica de Boston, y utiliza sus habilidades en la escalada de montañas para compararla con el aprendizaje de sistemas complejos.

Julià habló de Cooney «como profesor, científico, empresario y emprendedor: porque su carácter personal suscita entusiasmo entre sus colegas y sus discípulos, y porque siempre cuida de los pequeños detalles profesionales y familiares». De hecho, Julià dijo que Charles Cooney: «tiene muchos admiradores y amigos entre los que se encuentra, sin duda, IQS y la persona de su director».

A continuación se procedió a la investidura como Doctor Honoris Causa de Charles L. Cooney a cargo de la rectora de la URL, la Dra. Esther Giménez-Salinas.

Seguidamente, el Dr. Charles L. Cooney expuso que vivimos «en una era de descubrimientos científicos sin precedentes en el ámbito de la biología, la química y la física que conducen la innovación hacia campos emergentes como son la biotecnología, la nanotecnología, la computación y la ciencia de materiales». Cooney añadió que la innovación «es un motor de crecimiento económico y tenemos la responsabilidad de guiar su implementación para mejorar la calidad de vida de nuestra comunidad global». En este sentido manifestó que como académicos «también tenemos la responsabilidad de enseñar a los demás a traducir ideas en un impacto que suponga un beneficio para la sociedad». El profesor reivindicó este papel de la universidad: «Hay que tener muy claro el objetivo de apoyar la innovación en el marco de una institución académica. El objetivo es incrementar el impacto de la investigación proveniente del laboratorio de investigación académico. Se debe tener en cuenta que al hablar de este objetivo no mencionamos su rentabilidad. Demasiado a menudo oímos que los gestores de la universidad o representantes del gobierno hablan del dinero que se puede ganar comercializando tecnología proveniente de la universidad. Algunas universidades ganan dinero, pero la mayoría no. Si el objetivo es la rentabilidad, puede que las decisiones que afectan a la investigación académica, la generación de conocimiento y la formación de los estudiantes se tomen por los motivos equivocados. Considero firmemente que no queremos cambiar la misión de la universidad que no es otra que la educación y la generación de conocimiento, sino que queremos ampliar esta misión y la comercialización de tecnología es un instrumento para conseguirlo. Seré claro: la misión del mundo académico es la educación y la generación de conocimiento».

En el año 2002 Cooney creó el Deshpande Center for Technological Innovation (fundación que administra una donación de 20 millones de dólares para fomentar la iniciativa dentro de la investigación que se desarrolla en el MIT) «con el objetivo de entender las limitaciones que tiene traducir las tecnologías emergentes en la resolución de problemas importantes e identificar un camino que no sólo sirviera para mejorar este proceso en el MIT, sino que también fuera extrapolable a otras instituciones». Así, para Cooney, «tan importante es formar a los estudiantes como el hecho de generar conocimiento a través de la investigación». Y es que uno de sus retos es precisamente «conectar a los investigadores tanto con los clientes del mercado como con los inversores de riesgo para financiar la innovación y completar la traslación a la realidad comercial». De esta manera, Cooney subrayó que no basta con aquellas «ideas que emanan de la ciencia y la tecnología», que, para generar un impacto, es necesario que «la invención llegue al consumidor de una manera escalable y sostenida «.

Así pues, Cooney hizo una minuciosa lección de lo que realmente supone una transferencia de conocimiento efectiva. O, dicho de otro modo, explicó el trabajo transversal que existe entre la ciencia y la empresa, entre la traslación de la ciencia académica al impacto comercial. Detalló todo el proceso que desde el Deshpande Center for Technological Innovation llevan a cabo: desde la selección de las ideas que creen que pueden tener repercusión, pasando por la orientación de esta innovación en el mercado y la posterior conexión con clientes e inversores.

La prueba de la eficacia en este proceso se puede ver con los resultados. El Deshpande Center for Technological Innovation, con 10 años de vida, ha evaluado más de 650 propuestas del MIT que abarcan un amplio abanico de disciplinas y tecnologías. Asimismo, 95 de estos proyectos han sido escogidos para financiarlos, 26 han llevado a la creación de una nueva empresa, han creado 350 puestos de trabajo de tecnología avanzada, y han apoyado a 200 profesores y estudiantes.

Finalmente, Cooney también insistió en que hay que establecer una cultura de innovación y emprendimiento que empape a toda la universidad: «La innovación y la emprendeduría globales es otro ámbito para experimentar cómo mejorar la traslación de ciencia emergente para hacer frente a problemas mundiales importantes con el fin de lograr un impacto global».

La rectora de la URL felicitó al nuevo investido y destacó que, más allá de su experiencia en el campo de la ingeniería bioquímica, «el Dr. Cooney es también un hombre de gran valía personal». En este sentido, mencionó «algunos de los rasgos especiales de la brillante carrera profesional y académica de nuestro Doctor Honoris Causa, cualidades que nos pueden servir de guía y acercarnos al científico desde el punto de vista más personal y humano» como su talante polifacético, riguroso, arriesgado, innovador, exigente, humanitario y humanista, con sentido de plenitud y de espiritualidad.

Esther Giménez-Salinas reconoció que ha vivido con la idea de que el MIT ha sido y es un modelo de referencia para IQS y añadió que si bien IQS «nació hace más de cien años y su actividad científica se focalizó en el campo de la química, la aplicación de sus estudios en el ámbito de los negocios (business) y el de la ingeniería industrial ha sido el impulso para alcanzar y mantener una docencia y una investigación de calidad y, al mismo tiempo, una clara voluntad para que la investigación tenga este carácter de compromiso, de transferencia y de utilidad social».

También remarcó la internacionalización de IQS, ya que hoy «las instituciones científicas no viven aisladas en una torre de marfil de espaldas a lo que ocurre en el exterior. Las instituciones universitarias, como el MIT, deben ser un polo de atracción de científicos. En este sentido, IQS ha establecido vínculos internacionales con otras instituciones similares y juega un papel crucial».

Dado que el Dr. Cooney dio las claves para poder traducir las tecnologías emergentes en soluciones para grandes problemas, la rectora de la URL reclamó que, para llevarlo a cabo, «es fundamental establecer más y mejores marcos de colaboración entre los sectores público y privado, con vistas a orientar la innovación a la oportunidad del mercado, conectar con los clientes y captar financiación».

Finalmente, la rectora comentó que hay un modo de trabajo compartido entre el MIT e IQS. Para ello empleó las palabras de la Dra. Mercè Balcells, ingeniera biomédica y coordinadora del programa I+D+ i de IQS-MIT, en una entrevista en «La contra» de La Vanguardia del mes pasado que decía que los profesores del MIT «en enero todos reciben una carta del preboste -o no-que les anuncia que el contrato anual se renueva y les desea buena suerte para el próximo año«. Es decir, que todos los profesores que son renovados saben que lo son por sus méritos. Por ello, Esther Giménez-Salinas concluyó: «la meritocracia puede tener muchas lecturas, pero una positiva es que se rige por el principio de igualdad de oportunidades. El MIT es una institución elitista, sí. Pero formar parte de ella no depende de los orígenes socioeconómicos ni de las oportunidades, sino de la demostración, día tras día, del talento personal y de la plasmación de los méritos».

Perfil biográfico de Charles L. Cooney

Charles Cooney es profesor de Chemical and Biochemical Engineering en el Massachusetts Institute of Technology MIT, codirector del Program on the Pharmaceutical Industry y Faculty Director del Deshpande Center for Technological Innovation del Massachusetts Institute of Technology (MIT).

Obtuvo el Bachellor en la Universidad de Pennsilvania en 1966, el Máster (1967) y su tesis doctoral (1970) en el campo de la Ingeniería Bioquímica en el MIT. Después de una breve estancia como postdoc en el Squibb Institute for Medical Research, en 1970 se incorporó como profesor en el MIT, donde obtuvo la categoría de Full Professor en 1982.

En sus etapas iniciales trabajó con diferentes empresas biotecnológicas como Genzyme, Microbia, Bioprocessors y Duax y también con grandes compañías. Es uno de los directores de Genzyme, Cuno y BioCon India.

Entre las distinciones de las que ha sido merecedor figura la Gold Medal of the Institute of Biotechnological Studies en Londres, la Food Pharmaceutical and Bioengineering Award del American Institute of Chemical Engineers y el James Van Lanen Distinguished Award de la American Chemical Societys Division of Microbial and Biochemical Technology, entre otros.

Tiene más de 30 patentes, ha publicado más de 300 artículos y es coautor de diversos libros, entre los que destaca Development of Sustainable Bioprocesses: Modeling and Assessment (WileyPress, 2006).

Su campo de enseñanza es la Ingeniería Bioquímica, que se focaliza en procesos de separación y filtración, la utilización de la ingeniería genética para la solución de algunos problemas y la aplicación de estos conocimientos de una forma especial en la industria farmacéutica.

Fue el jefe del Departamento de Ingeniería Química del MIT entre 1995 y 2001 y desde 2002 es Faculty Director del Deshpande Center for Techonological Innovation, fundación que administra una donación de 20 millones de dólares para fomentar el emprendimiento dentro de la investigación que se desarrolla en el MIT.

Desde este cargo ha sido el responsable de la creación de centros como el MIT en Singapur y actualmente en Rusia.

Sobre IQS

IQS es uno de los centros universitarios con mayor prestigio dentro del panorama académico y científico nacional e internacional. Con 107 años de experiencia docente, IQS es una institución de referencia dentro de la comunidad académica española y una de las principales escuelas del país.

Desde su integración en la Universidad Ramon Llull en 1990, de la que es miembro fundador, IQS ha experimentado una fuerte transformación: de ser un centro monofacultativo en torno a la química, hoy IQS está formado por IQS School of Engineering con los estudios de Ingeniería Industrial, Ingeniería Química y Química, y por IQS School of Management con estudios de Administración y Dirección de Empresas, además de ofrecer una amplia oferta de másteres y doctorados. Las soluciones en I+D+i a través de PEINUSA IQS y toda la actividad en formación continua que se realiza a través de IQS Executive constituyen un importante vínculo con las industrias y empresas, que se intensifica por medio de Fundación Empresas IQS.

Podéis descargaros el libreto con los discursos del acto AQUÍ.