¿Qué destacarías del programa?
Hay muchas cosas a destacar, pero la que valoro más es la relación de los estudios con el mundo real, con la empresa, con la práctica. Desde el primer día entramos en el laboratorio, aprendemos la teoría conjuntamente con la práctica. Cada día tenemos la misma cantidad de clases teóricas que de horas en los diferentes laboratorios, todos ellos equipados con una gran tecnología.
¿Por qué elegiste IQS?
Conocí IQS gracias a diversa gente que había estudiado aquí. Vine a conocer el centro en jornada de puertas abiertas y me encantó su enfoque, sus laboratorios, sus instalaciones, su humanidad y su relación universidad-mundo laboral. He podido hacer prácticas en diferentes empresas multinacionales desempeñando diferentes funciones. Incluso he podido estar 6 meses en BAM, centro puntero de materiales de Berlín, para poder realizar mi TFM. También he tenido la oportunidad de trabajar para IQS. El gran abanico laboral que ofrece y acompaña la universidad es enorme.
IQS ofrece diversas becas, he tenido la suerte de poder contar durante todo el Grado de Química con una beca a la excelencia académica, así como la beca Roca Sanitarios para poder realizar el Máster en Ciencias e Ingeniería de Materiales.
Me gustaría también destacar el gran soporte de todos y cada uno de los profesores que hemos tenido. Controlan la asistencia, resuelven dudas, son muy cercanos, incluso en más de una ocasión me he dirigido a ellos para pedir opiniones personales sobre decisiones laborales que debía tomar. El momento más difícil fue en el confinamiento: yo cursaba tercero del Grado de Química; fueron rapidísimos, nos confinaron un jueves, y al siguiente lunes ya estaba todo organizado para hacer las clases on-line con toda normalidad. Esto nos dio una gran tranquilidad de poder avanzar en nuestros estudios.
¿Cómo ha sido tu experiencia en Berlín?
Gracias a la realización del Máster en Ciencia e ingeniería de Materiales tuve la oportunidad de conocer BAM (Bundesanstalt für Materialforschung und -prüfung), Berlin. En un principio yo buscaba unas prácticas extracurriculares, por lo cual contacté con Carreres Professionals de IQS y surgió la oportunidad de hacer 6 meses. Después de hablar con BAM y los tutores de IQS acabó surgiendo la posibilidad de realizar un TFM. Pude unir el trabajo de un TFM con una estancia en un centro puntero europeo, cosa que me hacía mucha ilusión. El trato que recibí de todos mis compañeros y mi tutor de BAM fue fantástico, rápidamente me incorporaron como una más del equipo. Poder trabajar con compañeros de diferentes lugares del mundo fue una gran experiencia y enriquecimiento tanto profesional como personal.
A BAM me centré en la determinación de la Energía de Acopio Superficial (SFE) de tres metales con estructura FCC (Ag, Al y Cu) mediante el análisis del fenómeno pop-in generado al realizar nanoindentacions y utilizando programas computacionales específicos. Mi experiencia trabajando en esta institución fue un emocionante desafío, tanto desde el punto de vista cultural como para integrarme en una división especializada en la simulación de modelos de materiales.
Una de las áreas clave de mi experiencia fue el aprendizaje y el uso de la técnica de nanoindentació. En el BAM, pude explorar a fondo esta técnica y comprender su aplicación en la determinación de la Energía de Acopio Superficial (SFE). Esta experiencia me permitió obtener una comprensión más profunda de las propiedades de los materiales y los fenómenos de deformación asociados.
Además, trabajando en el BAM, tuve la oportunidad de aprender sobre técnicas avanzadas de programación que se requieren para analizar los resultados de las nanoindentacions. Este conocimiento me ayudó a desarrollar habilidades en el uso de programas computacionales específicos para el análisis de datos, permitiéndome interpretar los resultados y extraer conclusiones relevantes para la investigación en materiales.
¿Qué competencias estás adquiriendo gracias a este máster?
A parte de las evidentemente relacionadas con la materia, hemos aprendido a trabajar en equipo a la vez que ser muy autónomos. También nos han enseñado a ser rigurosos, pero a la vez flexibles y el poder adaptarnos a imprevistos que puedan suceder. Cabe destacar la cantidad de informes que hemos de redactar de todas las prácticas que realizamos. La comunicación en toda su amplitud también es una competencia que se trabaja mucho en nuestra universidad.
En IQS trabajamos con una fuerte exigencia, esto nos ayuda a desarrollar nuestra capacidad de gestionar el estrés que ello supone, tal como posteriormente nos encontramos en el mundo laboral.
¿Qué le dirías a un estudiante que quiere estudiar en IQS?
La gran preparación que recibimos los estudiantes de IQS es un sello que nos acompañará siempre, pero no es gratuito. El nivel de exigencia es muy alto, el primer año es bastante dramático, y las crisis de “¿podré hacerlo?” a la orden del día. Personalmente el primer curso sufrí bastante, pero tuve en todo momento el apoyo de los profesores, que me animaron y me ofrecieron horas de consulta para poder superar las materias. A partir de aquí ya todo fue más fluido. Visto ahora en perspectiva, ¡mereció la pena!